En España cada vez ganan más visibilidad los responsables de las campañas electorales. Copiamos de Estados Unidos, donde los gurús y asesores son personajes populares y se les atribuye una parte importantísima del éxito o fracaso de uno u otro candidato. También copiamos del fútbol, donde muchas veces parece que el entrenador es el que marca los goles.
El PP fue el primer partido gallego que arrancó la precampaña de las autonómicas de marzo (fueron notorios aquellos carteles a lo Cristo Vive). También ha sido el primero en hacer oficial el nombramiento del director de la muy presidencialista campaña Feij009 Chegou o momento. La presentación ha sido pública. Con micros y cámaras delante. Como si hubieran contratado al entrenador que va a hacerles campeones de Liga. Y con él llegarán varios fichajes: se anuncia una profunda renovación de las listas populares.
Quizá Alfonso Rueda tenga la llave de Monte Pío , pero creo que el partido de las autonómicas está, en su mayor parte, decidido y que, en los tres meses que nos separan de la cita con las urnas, la propaganda y la comunicación política solo servirán para ajustar, en uno u otro sentido, los resultados. Por lo tanto, conviene ir pensando en hacer cantera para el próximo campeonato, el que se jugará dentro de cuatro años, con savia nueva.
Creo que las campañas no deben impresionar a los votantes, es el cortejo, el enseñar las plumas, presumir y prometer, solo mientras «meten», así de duro, al menos yo lo veo como un espectáculo, pero para decidir el voto analizo lo que ha pasado durante los cuatro años anteriores y según se hayan comportado así tomo mi decisión. Claro que es más complicado que funcionar solo por slogans más o menos bonito. En andalucía el alcalde Monteseirín ha contratado a dos personas del equipo de Obama por 60.000 euros, en un solo día, no para que les enseñen como hacerlo mejor, sino para que les enseñen cómo han de llegar a los ciudadanos, es decir camelarlos, convencerlos ¿es esto respeto a los votantes? Despilfarro y trampa.
Los números nos dicen que en campaña se puede modificar el voto de un porcentaje muy pequeño de ciudadanos. Si puede cambiar un poco mas la decisión de ir a votar o quedarse en casa (sobre todo en los votantes de izquierda).
Pero, a veces, las encuestas pronostican unos resultados tan ajustados que incluso ese 5-6% de variación puede ser decisivo. Aunque en estas elecciones a priori no lo parece.
Miguel García
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