La Voz de Galicia
Políticamente, solo se puede ganar o morir
Seleccionar página

Ayer fue lunes y, como escribe Gonzalo Bareño, «tocaba dar un susto a Rajoy».

Habló Aznar. El hombre que lo nombró sucesor y le encomendó los destinos del PP dio un capirotazo a Rajoy. Uso palabras como «confianza» y«principios» para recomendarle que no deje a nadie importante por el camino. ¿Alguien se esperaba otra cosa?

La mayor parte de los analistas coinciden: se pronunció a favor de María San Gil y del sector duro del PP. Pero, que se sepa, no ha ordenado a nadie que se rebele. Ni ha dicho que hay mejores candidatos a la presidencia del partido que Rajoy. Ni que piense en volver a hacerse con las riendas.

¿Volverá a hablar? Yo diría que sí. Pedirá orden, discreción y estabilidad. Y aventuro que su papel en público y en privado va a depender mucho de los arriendos y ganancias que pueda lograr en la renovación su esposa, la concejala Ana Botella, posible sucesora de Ruiz Gallardón al frente del ayuntamiento de Madrid.

En otro post escribiré sobre uno de los grandes misterios de la política: ¿existe el centro?