La Voz de Galicia
Sobre lo ambientalmente correcto, lo sostenible e insostenible y otras inquietudes acerca del estado del planeta Tierra
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Tras más de un mes de inactividad de este blog, retomo su contenido inmerso de lleno en mis vacaciones de verano, esta vez en el recién creado Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, en el Sistema Central, a menos de medio centenar de kilómetros de ciudad de Madrid, promovido desde el año 2002 por las Comunidades Autónomas de Madrid y de Castilla-León. ¿Qué mejor recomienzo?

El pasado 26 de junio de 2013 se publicaba en el Boletín Oficial del Estado la Ley de las Cortes Españolas 7/2013, de 25 de junio, de declaración del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, con una superficie de 33.960 hectáreas pertenecientes a las Comunidades Autónomas de Madrid (21.714 hectáreas) y de Castilla-León (12.246 hectáreas). Se trata del décimo quinto espacio natural que se integra en la Red de Parques Nacionales de España y el cuarto en extensión. Se cumple de este modo una vieja aspiración pues ya, en 1920, la “Sociedad de Alpinismo de Peñalara” había propuesto entonces su declaración como parque nacional al amparo de la pionera en Europa Ley de Parques Nacionales de 1916. Parece ser, que a finales del siglo XIX empezaron a proliferar excursiones desde la Capital de profesores y alumnos para redescubrir el entorno natural según la tendencia que comenzaba a nacer en Europa.  Y años más tarde, sería la Institución Libre de Enseñanza la que propiciaría el estudio y conocimiento de los valores culturales y ambientales de la Sierra.

Con anterioridad a dicha declaración de Parque Nacional, diferentes zonas de la Sierra de Guadarrama habían merecido algunas figuras de protección. En los años treinta del siglo XX, se encuentran los “sitios naturales de interés nacional” (según la normativa entonces vigente): de la “Cumbre, Circo y Lagunas de Peñalara”, de la “Pedriza del Manzanares” y del “Pinar de la Acebeda”; y, más reciente, las declaraciones de protección autonómicas: los Parques Naturales “de la Cumbre, Circo y Lagunas de Peñalara” y de la “Cuenca Alta del Manzanares” en la vertiente madrileña, y la del “Parque Natural Sierra del Norte de Guadarrama” en la vertiente del Segovia. Además de la creación de la “Reserva de la Biosfera de la Cuenca Alta del Manzanares” y de la inclusión de los “Humedales del Macizo de Peñalara” en la lista de humedales de importancia internacional del Convenio de Ramsar.

El área que cubre los límites del nuevo Parque Nacional de Sierra de Guadarrama (cuyo nombre proviene de los árabes y significa “río de las arenas”), así como su zona periférica de protección acoge un extraordinario patrimonio natural, cultural, educativo y científico. Son más de once ecosistemas los que viene a proteger, entre ellos algunos de alta montaña mediterránea únicos en la Península. Espacios que albergan una extraordinariamente abundante biodiversidad, más de 1.280 especiales animales (13 de ellas en peligro de extinción), más de 1.500 plantas autóctonas, 30 tipos de vegetación. De las alineaciones montañosas que surcan el Parque Nacional dominan algunos picos importantes como el “Peñalara” (el punto más alto con sus 2.428 mts).

El Parque se extiende a lo largo de 19 municipios de la Provincia de Segovia y 14 de la Comunidad de Madrid, con una población muy considerable, en particular de segundas residencias en una infinidad de urbanizaciones, diseminada a lo largo de los valles circundantes. Sin duda que la presión de esta población estacionaria y fundamentalmente de los numerosos visitantes procedentes de la «Villa y Corte» han dificultado la elaboración de los planes de ordenación de los recursos naturales (el de la Comunidad de Madrid fue aprobado en 2009 pero recurrido por los ecologistas).

Lo que no cabe duda es que el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama constituye uno de los más privilegiados patrimonios naturales de Madrid donde se pueden practicar casi cualquier deporte de montaña, desde el senderismo hasta la “mountain bike”, el alpinismo, la escalada y el esquí en las tres estaciones existentes. Tanto en invierno como en verano esto es un paraíso y sólo a media hora (si no es hora punta) del centro de Madrid.