La Voz de Galicia
Sobre lo ambientalmente correcto, lo sostenible e insostenible y otras inquietudes acerca del estado del planeta Tierra
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Caminar es el modo de transporte más natural, económico y saludable. Sin embargo se ha convertido en una elección marginal en las ciudades de cierto tamaño. Diría que se trata incluso de una opción radical en una sociedad dominada por el consumismo y una movilidad motorizada, contaminante e insolidaria. La gente que elije caminar se encuentra ante considerables barreras en las ciudades; ante un modelo de movilidad agresivo centrado exclusivamente en el turismo como medio básico de movilidad cotidiano.

Un modelo social de movilidad que prioriza el uso del vehículo individual es ineficiente y costoso. Genera riesgos sociales, sanitarios y ambientales, que posiblemente en el futuro no consideramos aceptables. La OMS estima que la contaminación atmosférica, causada en buena medida por los vehículos, genera unas dos millones de muertes prematuras anuales en todo el mundo. Las políticas urbanas y de movilidad actuales priorizan el uso y aparcamiento de los vehículos individuales, fomentan la separación de las zonas de ocio, de trabajo y residenciales y la implantación de grandes superficies comerciales en la periferia de las ciudades, lo cual incrementa el uso del vehículo y el gasto de combustible, aumenta los niveles de contaminación y los riesgos de atropello o accidente, fomenta hábitos de comportamiento poco saludables, incrementa los gastos sanitarios, debilita el sentido de permanencia a la comunidad, etc. Ser conscientes de las consecuencias que estas políticas y nuestra hábitos de movilidad individual generan, es el primer paso para elegir que ciudades y modelos de convivencia queremos construir en el futuro.

Es preciso políticas que pongan la semilla y creen las posibilidades para que los individuos cambien sus comportamientos y elijan otras formas de movilidad cotidiana, relegando el uso del vehículo individual a las actividades estrictamente necesarias. La planificación urbanística debe de considerar a los peatones, no a los conductores, como los destinatarios principales de las políticas de ordenación de la ciudad. Es preciso habilitar espacios libres de coches o más zonas prioritarias para peatones, como es tendencia en las ciudades más modernas, eliminar las barreras que a menudo limitan la posibilidad de que la gente elija caminar y conectar de forma adecuada los barrios periféricos con los centros de las ciudades. Habría que priorizar en los centros urbanos a los modos de transporte más sostenibles y garantizar vías públicas seguras, accesibles, adecuadamente mantenidas y sin obstáculos para las personas con más dificultades. Apostar por estas políticas es crear espacios para la convivencia y el encuentro, que generan ciudadanos más responsables y solidarios, así como fomentar formas de vida más sanas, sostenibles y eficientes. Articular políticas en torno al peatón es recuperar la calle para que los niños puedan jugar y aprender a convivir, ahora en sus casas o en centros comerciales aprendiendo hábitos de ocio ligados al consumo.

La Carta Europea de Derechos del Peatón (Parlamento Europeo, 1988) afirma que “el peatón tiene derecho a vivir en un entorno sano y a disfrutar libremente de los espacios públicos en condiciones que garanticen adecuadamente su bienestar físico y psicológico.” Es tiempo del tomar el camino de regreso en un progreso mal entendido, y trabajar por un modo de desarrollo social basado en la calidad de vida de las personas y en el bienestar familiar. Hay proyectos cívicos de defensa de los peatón que quizás sean el indicio de un cambio cultural en movimiento. Walk 21 es un movimiento internacional que pretende crear una cultura donde la gente elija caminar (recoge sus propuestas en la Carta Internacional del Caminar). En el ámbito local hay algunas iniciativas de interés, como los colectivos A Pie en Madrid o Cataluña Camina en Barcelona. Ahora “sólo” necesitamos políticos valientes con proyecto de ciudad y ciudadanos responsables. No es poco.

(colaboración de Juan José PERNAS GARCÍA: https://twitter.com/Jpernasg)