La Voz de Galicia
Sobre lo ambientalmente correcto, lo sostenible e insostenible y otras inquietudes acerca del estado del planeta Tierra
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Mañana celebramos el día mundial del medio ambiente bajo el lema “Bosques: la naturaleza a su servicio”. De esta forma se pone de relieve –como ya hemos comentado con anterioridad en este blog- la inciativa de Naciones Unidas al declarar el año 2011 como “Año Internacional de los Bosques”, subrayando así los incalculables valores esenciales que para al subsistencia nos reportan los bosques y el vínculo intrínseco entre nuestra calidad de vida y la salud de los ecosistemas forestales. Como a esta temática dedicamos hace poco un comentario con ocasión del “Día internacional de la biodiversidad biológica”, se me ocurría que en este señalado día resulta oportuno dedicar nuestra atención a esos magníficos ejemplares que se conocen bajo la denominación de “árboles singulares o monumentales”.

Se trata de árboles cuyas características botánicas de monumentalidad u otras circunstancias extraordinarias de edad, porte u otros tipo de acontecimientos históricos, culturales, científicos, de recreo o ambientales ligados a ellos, los hace merecedores de una especial protección y conservación (definición extraida de la Ley 4/2006 de Patrimonio Arbóreo Monumental de la Comunidad Valenciana).

Ejemplos de estas “leyendas vivas” en nuestro país son el Tejo de Rascafría (en la Sierra de Madrid) al que se le estiman cerca de 1.500 años, muy joven no obstante frente a los 4.844 años del que se considera el árbol más viejo del mundo, un Pino Longaeva de Nevada (Estados Unidos). Otros ejemplares impresionan por su altura, como por ejemplo un eucaliptus de la especie regnans de 132 metros que se encuentra en los bosques de Tasmania (Australia) que ostenta el record del mundo; aunque en Galicia nos preciamos de albergar al árbol más alto de España:  “O Avó” (el Abuelo), un ecualiptus de más de 67 metros de altura situado en el bosque de Chavín (Lugo). En cuanto al grosor de su tronco son famosos el Drago de Icod (Tenerife) con sus 16,40 de perímetro o el castaño de El Campano del Bierzo con 15,62 metros; muy lejos también del árbol de Tule en Mexico con más de 40 metros de perímetro.

La ley básica estatal 42/2007 del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad califica como “monumentos naturales” a dichos árboles singulares y monumentales (art. 33,2) y existen muchas normas autonómicas que completan el régimen jurídico para su protección que exige una previa declaración. También disponemos de guías de buenas prácticas. Sin embargo,  como denuncia el colectivo que ha promovido el proyecto “Árboles leyendas vivas”, en el último decenio en España cerca del 20% de los árboles singulares ha desaparecido y el resto corren peligro de desaparecer por falta de cuidados, por la tala indiscriminada, por los incendios, por el desarrollo de proyectos de urbanización o de infraestrcuturas, etc.

Como bellamente expresa el gran naturalista Joaquín ARAUJO en su reciente libro titulado “Árbol” “el bosque es el mayor creador de diferentes formas vivas que conocemos”. Ante la riquísima biodiversidad de los ecosistemas forestales en los que se encuentra el 80% de la diversidad biológica terrestre del Planeta, estos singulares ejemplares de árboles –maravillosas formas vivas vegetales- merecen nuestra atención, nuestro cuidado y nuestro homenaje en tan señalado día mundial del medio ambiente.