La Voz de Galicia
Sobre lo ambientalmente correcto, lo sostenible e insostenible y otras inquietudes acerca del estado del planeta Tierra
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Otro libro más acerca del cambio climático ha caído en mis manos. Ya son centenares de ellos los publicados –en España y fuera de España- sobre esta temática de moda. Por paleoclimatólogos, meteorólogos, ecologistas, periodistas, juristas, estadísticos, políticos, sociólogos …, y hasta novelistas (Estado de Miedo, de Michael CRICHTON, con bibliografía incluida; lo nunca visto). Unos científicos; los más, divulgadores. Muchos “afirmacionistas”; pocos “negacionistas”; crecientes los excépticos. Y, por supuesto, que hay muchos oportunistas (esnobismo a raudales) . L o cierto es que, como escribe el sociólogo español Manuel CASTELLS en su reciente libro sobre Comunicación y Poder, la campaña contra el calentamiento del Planeta es un excelente ejemplo de cómo el movimiento ecologista –con la ayuda de muchos científicos y famosos (como AL GORE), aprovechando las redes de comunicación- ha ido concienciado a la sociedad y a la opinión pública mundial sobre la existencia del cambio climático y sus previsibles fatales consecuencias para el futuro de la humanidad.

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Hoy es otro sociológo, el británico Anthony GIDDENS (ex director de la London School of Economics, miembro de la Cámara de los Lores y premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales el año 2002) quien concita nuestro interés a raíz de la publicación de su nuevo libro titulado La política del cambio climático (Alianza Editorial, Madrid, 2010). Con cierta arrogancia considera en su ensayo que la política del cambio climático asume lo que el mismo califica “la paradoja GIDDENS”, en cuya virtud, “como los peligros que representa el calentamiento global no son tangibles, inmediatos ni visibles en el curso de la vida cotidiana, por muy formidables que puedan parecer, muchos se cruzarán de brazos y no harán nada al respecto”. Incluso, aun existiendo bastantes evidencias científicas sobre el cambio climático global, vale cualquier escandalosa información (como el “climategate” de la Universidad de East Anglia) para sembrar la duda, desprestigiar a “propagadores de cataclismos” o aludir o causas ajenas a nuestra voluntad.

Cuando me preguntan: ¿crees en el cambio climático?, respondo que hay temas más importantes en los que creer y que, por los muchos libros que he leído y ojeado sobre este “tema estrella” (que ya constituye para mí casi un vicio malsano), intuyo que -pese a las incertidumbres científicas- hay suficientes indicios para pensar que nuestro desaforado modelo de producción y consumo no puede ser muy bueno para nuestra salud ni para la del Planeta y su climatología. 482px-anthony_giddes_at_the_progressive_governance_converence_budapest_hungary_2004_october

Pero, a mi juicio, lo más valioso de este libro de quien fue asesor de Tony BLAIR, es que no se limita a exponer la realidad sociológica ante el cambio climático que, casi todo el mundo identifica como un potencial peligro global pero muy pocos lo consideran un verdadero riesgo inmediato que motive para la acción. La política del cambio climático –que según GIDDENS todavía brilla por su ausencia- ofrece de manera sintética las claves sobre el estado de la cuestión en el mundo científico, sobre los recursos energéticos disponibles, sobre el desarrollo de las políticas ambientales en el mundo y en diferentes países, y sobre las medidas que deben adoptarse a escala internacional, incluyendo nuevas tecnologías energéticas, planificación e incluso impuestos, las medidas de adaptación y en donde el Estado está llamado a tener un especial protagonismo como promotor de un nuevo paradigma ambiental y climático. Y no menos protagonismo tendrán Estados Unidos y China como se vio en la última Cumbre del Cambio Climático en Copenhague.