«Ghosteen» de Nick Cave: la terrible paradoja de disfrutar de algo que nace del dolor mismo
A veces la postura de oyente en la música te ha sentir incómodo. Incluso, directamente mal. Ocurre cuando te asomas a la obra de un gran artista torturado que se está abriendo en canal. Obtienes un extraño cruce de sensaciones al disfrutar de una creación que es fruto directo del dolor y el sufrimiento. Es más, te planteas cuánto existe de morbo ahí. Si te detendrías a escuchar ese disco de no ser por las circunstancias que lo rodean. Si, en realidad, no estarás usando al artista: él, que se acerca al precipicio para explorar una oscuridad que tú nunca querrías en su vida.
Sea como sea, cada cierto tiempo aparecen discos que te colocan justo ahí. No hablamos de melancolías indies, odas suicidas a las drogas o versos sobre los sinsentidos de este mundo en el que nos ha tocado vivir. No, hablamos de algo muy diferente, tremendamente … Seguir leyendo