La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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Una opinión sobre la crítica musical que me dieron el otro día: «Gente de más de 40 años hablando de música cuyo presente consideran muy inferior al que ellos vivieron de jóvenes y, además, despreciando los géneros nuevos con prepotencia».
Me dejó pensando todo el día. Y, desde mi postura de cuarentón, me hizo recordar cuando yo era el que defendía posturas parecidas.

En 1995, concretamente el 5 de enero (hay fechas que no se olvidan) vi en directo a Los Planetas por primera vez. Presentaban «Super 8» en el Playa Club de A Coruña. La revista que compraba yo, Ruta 66, había puesto el disco fatal y la gente que «entendía» que conocía decía que eran una mierda. A saber: solo hacían ruido, el cantante no tenía voz y, aún por encima, en directo eran un desastre. Yo adopté el papel de «estamos ante un grupo sobrevalorado» porque, la verdad, las maquetas y el «Medusa ep» no me parecían superiores a grupos como El Inquilino Comunista, Silvania o Usura, que eran los que encantaban de aquel primer indie patrio, llamado entonces noise-pop.

Pero fui a verlos igual. Y precisamente ahí, en el peor de sus terrenos, flipé por colores. ¡Guau! Hicieron clic en ese lugar, en la emoción pura. Pusieron mi vida patas arriba. Me hice fan a muerte y extendí ese fanatismo entre mis compañeros de universidad. Entre todos creamos una especie de club secreto de adoradores Nos dedicábamos a hacer sesiones en las que escuchábamos al grupo en el mismo tono que escuchábamos a Galaxie 500, Sonic Youth o My Bloody Valentine. Básicamente, aquellos tipos granadinos hablaban de nuestra vida y en nuestro lenguaje con unos versos certeros, unas melodías increíbles y con todo aquel maravilloso ruido que habíamos devorado con Jesus & Mary Chain.

Yo tenía 19 años. Me veía totalmente reflejado ahí. Un tipo de 40 tendría que hacer un esfuerzo extra que, en la mayoría de los casos, devenía en algo imposible. Otro que llegase a ellos desde posiciones roquero-cañeras tradicionales, también. ¿Y qué decir si lo hacía desde la radiofórmula o el pop pos-movida? La verdad es que jamás me han advertido tantas veces de que uno grupo que me encantaba era un fraude como con Los Planetas. La realidad es que solo desde la crítica joven y más o menos indie que florecía entonces, se les aceptó. Una crítica que, supuestamente, estaba mucho menos formada que la otra.

Entonces todo lo (malo) que dijeran de ellos me importaba nada. Había hecho clic. Como antes lo había hecho con Stone Roses o Los Flechazos. Es más, que todos aquellos cuarentones los pusieran como ejemplo de «mira esta porquería de pop que escuchan los chavales ahora» lo hacía todo más especial. Que la gente que escuchase radioformula y los roquero-cañeros pensasen algo similar, también. Yo tenía razón y ellos no. Puede que ellos supieran mucho más de música que yo, pero eran incapaces de conectar ahí. La edad era un muro. La sabiduría, otro. La arrogancia en el desprecio, el paquete completo.

Me temo que el deslenguado chaval que me hizo esa reflexión-ataque sobre la crítica música el otro día se refería a algo parecido a eso…veintitantos años después. Todo vuelve al punto de partida.