La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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ana belen y victor manuel HG2C1F1Hubo un día, el pasado 1 de agosto, en que en mi ciudad actuó Ana Belén y Víctor Manuel y los «rajadores profesionales» no salieron en tromba. Sí, todos esos programadores musicales en potencia (o en acto) armados de supuesto buen gusto musical y sin pelos en la lengua. Los que despotricaban contra el Ayuntamiento y contra los seguidores de este tipo de grupos cuando se publicaban las noticias de las fiestas. Los que nos decían a los periodistas que teníamos que «meter caña» para que no venga «lo mismo de siempre». Este año no. ¡Sorpresa! Se produjo un respetuoso silencio que parecía indicar que las fiestas eran para todos y no solo para el club de los entendidos. Ni siquiera pasó nada cuando se supo que la pareja había salido por 60.500 euros.

Lo mismo ocurrió con la aparición de Los Planetas en la cabeza del Noroeste Pop Rock. Otrora, la sola mención de estos iconos indies producía sarpullidos verbales en gran parte de estos jueces musicales. Ahora ocurre todo lo contrario. Incluso algún roquero de pro defendía la propuesta de los granadinos. Me alegro. La verdad es que la cantinela de que a J no se le entiende nada, que son un grupo de pijos y que solo hacen ruido ya cansaba. Y a uno, en su condición de fan, le caía la brasa constantemente. Pero donde ya casi se cae un servidor de la silla fue cuando se hizo público que venía Rosario. Ni mu esta vez. Raro, porque cuando se anunció que venía en el 2014 (al final se suspendió) los improperios (al Ayuntamiento, a ella y a sus fans) circularon en modo barra libre por las redes sociales. Ahora nada. Todo bien. Se entiende que su actuación cubre una cuota necesaria y que esos seguidores también tienen derecho a que les traigan algo de lo suyo con cargo al presupuesto municipal.rosario buena hg12p1f1

¿Y qué me dicen de The Original Blues Brothers Band? Actúan hoy. Cuando se filtró su contratación, lo cierto es que uno aguardaba comentarios del tipo «el típico grupo de viejas glorias que nos cuelan en A Coruña porque el Ayuntamiento no tiene ni idea, como siempre». Todo lo contrario. Su bolo es una actuación imprescindible, a la que acudir con interés, no en plan «bueno, es que no hay otra cosa». El buen rollo entre los otrora rajadores es tal que yo creo que -ahora sí- hasta podían colar a Raphael en el Noroeste Pop Rock sin que se produjese una manifestación en María Pita ni se pusiese a parir al concejal del Fiestas pidiendo su dimisión.

Algo ha cambiado en la ciudad. ¿Habremos madurado? ¿Nos habremos vuelto más tolerantes? ¿Los nuevos aires políticos han traído una nueva conciencia musical? Habrá que estar atentos. Pero desde aquí no puedo más que manifestar mi sorpresa.