La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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Ocurrió con Lou Reed en su día y ha vuelto a ocurrir esta semana con Paco de Lucía. La gente se entera de la muerte de un grande de la música y muestra su pena en Facebook. Un video y unas palabras, por lo general. Se suceden los «me gusta» hasta que, de pronto, surge la policía de la pureza de los seguidores de los músicos. Efectivamente, como si anduviesen a la caza de los duelos de supuesto postureo empieza el tiroeo. Un clásico que no falla: «La mayoría de los que lloriquean no tienen más que un grandes éxitos». Pero los hay, por supuesto, de todos los colores.

Por lo general, el ataque suele venir acompañado de una reivindicación de un periodo poco usual del artista, un disco que no aparece entre los esenciales o una vivencia asociada a uno de sus conciertos. Es el modo de marcar territorio, la forma indirecta de decir: «Yo sí que soy un fan de verdad y mi lloro es genuino, no como el tuyo». Es la versión post-mortem del «A este tío lo escuchaba cuando aún no era conocido».Y el pobre hombre, que simplemente quiso escribir un D.E.P. recordando una canción que conocía por los motivos que fuera, se queda ahí, arrinconado, temeroso de que lo sometan a un test para demostrar que es un seguidor con todas las de la ley y no un farsante.

«Los auténticos postureos son los de los cazadores de supuestos farsantes en el Facebook», escribía una chica en un muro de Facebook el pasado miércoles. Su vuelta a la tortilla no pudo ser más acertada.