La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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(Rescato la entrevista que le hice el grupo para al Fugas la semana pasada y que, por razones de espacio, no se publicó íntegra)

Rara vez pasa, pero esta vez fue así. León Benavente emergieron el año pasado como el grupo paralelo de músicos con pedrigree indie (integrantes de Tachenko y Schwarz, entre otros) y, al final, su fama ha superado a los proyectos principales. Tal es así que llegan presentando su álbum de debut (segundo mejor disco nacional del 2013 para este blog) con el sold out cantado. «Nunca sabes muy bien cómo van a funcionar las cosas. Nosotros somos los primeros sorprendidos del éxito, pero la verdad es que está yendo todo muy bien», dice Abraham Boba, su cantante. Esta semana visitan Galicia con Son Estrella Galicia (día 6 en Santiago, Zona C; 7, A Coruña, Le Club; y 8, Vigo, La Iguana)

—Me ha preguntado una persona no familiarizada con el «indie» a qué suenan. Le dije que si le gustaba The Cure le podían gustar ustedes. ¿Me he equivocado?
—La verdad es que hay un tipo de sonido, producción y partes de guitarra que, efectivamente, pueden recordar a algunas cosas de ese sonido oscuro de los ochenta. Nos lo ha preguntado mucha gente. Existe un aire a toda esa música, pero creo que vamos más allá. No se trata de una influencia con la que partíamos desde el principio. Bueno, es que básicamente no partíamos con ninguna influencia [risas]. Siempre lo digo. Cuando empiezas, con tus primeros grupos a los 20 años, siempre es más fácil que cojas un referente y termines pareciéndote. Pero luego, con el tiempo, ya no pones referentes encima de la mesa. Solo haces lo que directamente te sale. Y así ocurrió ahora con nosotros.

—Más allá de la forma, han conectado muy bien con el hastío y desencanto social del momento. ¿Lo buscaban?
—Las letras terminaron yendo por ahí. Los temas de las canciones en la música pop siempre están ahí. Prácticamente han sido todos abordados. Lo interesante, para mí, es la forma de hacerlo, escoger las palabras adecuadas y que lleguen a la gente sin ser excluyentes, que no solo traten un momento concreto y al día siguiente no valgan. A mí me interesa que lleguen y que tengan vigencia más allá de un momento dado. Sí que es verdad que las canciones han funcionado casi a modo de crónica de lo que estamos viviendo.

—Lo hacen desde una perspectiva especial, la del artista. El primer tema del disco, «Ánimo valiente», parece sugerir eso.
—Sí, va por ahí. La elegimos con intención para abrirlo, porque es verdad que en el resto del álbum se respira una especia de desilusión y poca esperanza, pero también creemos que no hay que sumergirse y ahogarse en ella. Esa canción da un golpe de ánimo, de acción contra todo lo que se muestra después.

—En el «indie» siempre hubo recelo a tocar temas como la monarquía o el 15-M. ¿Qué ha pasado ahora?
—En mi caso, nosotros arrancamos ese proyecto buscando un tipo de sonido. Luego llegó la temática. No me servía lo mismo que para mis discos en solitario, porque están centradas en mis experiencias y vivencias. Al estar con otras tres personas necesito que ellas también se puedan sentir identificadas cuando se suben al escenario y sean parte de esto. Esta es la forma. Y sí que es verdad que en España la música ha sido siempre de escribir de uno mismo, de escribir sobre los problemas personales. Pero cada vez el indie se mira menos a su ombligo y más a la calle. Por eso tienen más presencia esas cosas. No creo que sea por oportunismo. Y si lo es, tampoco me importa. Yo vuelvo a lo mismo de antes: a mí lo que me interesa es que una canción use las palabras adecuadas para transmitir una idea, sea cual sea esta.

—El acabado de su disco es muy suave, sin aristas.
—Sí, está todo muy meditado, tanto en la grabación como en el proceso de mezcla. Esa cierta sensación de redondez en el disco la buscábamos. En parte, es porque hay muy poco artificio en las canciones. Se grabó en tres días, con muy pocos recordings…Ya sabíamos que, en directo, todo iba a tener más fuerza. Lo queríamos guardar para el escenario.

—¿Sacan la lija en directo?
—Sí, en directo sale una energía y una rabia que no hay en el disco. Pero dudo que funcionase en la grabación.

—Acaban de reeditar su disco de debut con un nuevo epé. En ese parece que se incrementa la tensión. ¿Un paso adelante?
—Sí, las cuatro canciones son un poco más agresivas. Lo grabamos cuando ya llevábamos tres meses de gira. Se notaban que esas canciones las estábamos tocando prácticamente desde el principio..

—León Benavente nació como un proyecto paralelo y, por lo general, estos suelen tener una vida efímera. ¿Tendrá recorrido este?
—Nosotros queremos que sea a largo plazo. No solo por lo bien que está funcionando todo, sino porque los cuatro sentimos que hay algo especial. Lo estamos disfrutando todo muchísimo, sobre todo en directo. Ya estamos trabajando en canciones para un nuevo disco. La idea es que a finales de este año nos metamos otra vez en el estudio