La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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Emmy The Great
Café Pop Torgal, Ourense
27-1-2012

Así da gusto. En un sótano, con un centenar de personas suspirando en el interior una burbuja pop ajena al discurrir del mundo. El recital de Emmy The Great fue un pequeño secreto que el boca a boca convirtió en un lleno. Son esos pequeños milagros que ocurre, de cuando en cuando. ¿La excusa? Presentar Virtue, el álbum editado para España por el sello vigués Coconut en el que la artista se reboza en los porqués de una ruptura sentimental, articulándola en diez canciones. Ahora la bella Emmy sonríe. Todo es agua pasada. Su corazón pertenece a Tim Wheeler (el cantante de Ash) y, aliviada, recuerda cantando el día en el que su ex pareja la dejó para convertirse en misionero. Lo recuerda como quien evoca un mal trago, al tiempo que saborea una cucharada de miel.

Ello se refleja en el escenario de un modo bastante diferente al planteado disco. Lejos del barroquismo de aquél, de sus coros solemnes y su parafernalia instrumental, en las tablas del coqueto Café Pop Torgal apeló casi a lo básico: a su voz prodigiosa, a un excepcional guitarrista capaz de hacer bruma ambiental con las seis cuerdas y al resto del traje creado por una multinstrumentista que tiró de bajo y teclados. Con esas armas, el tono folk se incrementó y el aroma a Tanya Donelly (!esas inflexiones vocales!) se hizo evidente. Pero, además, optó por homenajear a Leonard Cohen citando su Hallelujah en la preciosa First Love de su primer álbum. Y quiso evocar a la hipnosis de Velvet Undergound con un A Woman, A Woman, A Century Of Sleep que, pese a encantar, dejó en evidencia el mayor vacío del concierto: un batería que completase el cuadro.

Quizá en la próxima vez, cuando el secreto se rompa, mute en clamor y, quién sabe, algún diseñador se fije en ella. Porque, sí, aquí hay una estrella en ciernes.  

Interpretación de «First Love» poco antes de terminar el concierto