La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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Los boirenses Triángulo de Amor Bizarro han sido los grandes vencedores de los Premios de la Música Independiente. En la gala celebrada el lunes presentada por Anne Igartiburu y a a que asistió la ministra de Cultura Ángeles González-Sinde se hicieron con los premios a mejor artista, al mejor álbum, mejor álbum de rock y mejor directo del 2010. Su cantante y guitarrista, Rodrigo Caamaño, atendió a trompicones al día siguiente la llamada express de La Voz, en la carretera, entre interrupciones, pasos por túneles y risas.

—¿Cómo se siente un grupo como ustedes, de salas y festivales “indies” recibiendo premios ya institucionalizados?
—La verdad es que fue bastante psicodélico. Seguimos aún sin vernos mucho en saraos y todo eso pero, tomándoselo así con humor, siempre te lo pasas bien. Allí, realmente, hicimos un poco el hooligan mientras daban premios, vimos a amigos como Pablo El Guincho, que hacía mucho que no lo veíamos y también tocamos.

—¿Ha sido su particular «momento Grammy» a escala?
—Bueno, tener a una ministra y Anne Igartiburu en la misma sala mientras tocamos no era una cosa que entrase así en nuestro planes [risas]. La verdad es que fue un poco surrealista. Tocamos y los técnicos se estaban mosqueando. Nos decían que nos iban a contar el sonido. Hicimos un montón de ruido. Yo tiraba para adelante. Miraba la cara de la ministra y no sabía muy bien qué estaba pasando ni dónde estábamos.

—Vamos, que hicieron lo de siempre: tocar a todo volumen y hacer un ruido de mil demonios.
—Sí, decidimos tocar la más guarra del disco, La malicia de las especies protegidas, un poco para eso, para mostrarnos como somos. Resultó muy curioso. Muy psicodélico todo, Anne Igartiburu por ahí, todo muy extraño, pero tremendamente divertido.

—Y después de tanto reconocimiento, ¿cuándo habrá nuevo material?
—Ya tenemos cosas, pero aún estamos mirando cómo enfocarlas, hay que organizarse un poco. Probamos muchas cosas, hacemos canciones, usamos cacharros, sin presión y sin agobios.

—Parece que han tocado el techo del público “indie” ¿Hay vida más allá para Triángulo de Amor Bizarro?
—Nosotros vamos a seguir haciendo las cosas como siempre, sin preocuparnos demasiado. Pero sí que notamos que este año dimos un salto muy importante de público. Hacemos canciones pop de tres minutos y eso, en teoría, tiene un público objetivo muy grande, aunque en España siempre ha sido sota, caballo, rey. Si te sales un poco de lo que es más básico, es como si fueras el perro verde del asunto. Yo veo que mucha gente de la que estaba allí, en la gala, se estaría preguntando “¿pero a estos le dieron el premio al mejor directo?” al ver el ruido que estábamos montando, pero bueno es algo que a nosotros nos parece fantástico.

—Les lan oportunidad de seducir y van ustedes y sacan las uñas.
—No, es mostrarnos como somos, no tendría sentido cambiar ahora.

—¿Se mira hacia el «indie» gallego desde allí?
—Aún tienen muchos el punto de lejanía, de sitio remoto al que la gente viene porque no hace tanto calor como en otros lugares. Lo de la música está todo centralizado en Madrid y Barcelona y hace que se fijen más en lo que hay alrededor. Esa percepción bloquea muchas de las cosas buenas que hay aquí.

—Habían conquistado México y ahora tocaron también en Suecia.
—Sí, fuimos por un tema de la embajada y estuvo bien, fue mucha gente. Allí, la barrera del idioma es grandísima, con completamente anglosajones, están completamente colonizados. Un idioma como el español allí no tiene nada que hacer.