La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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Es una de las mujeres del momento. Nos enamoró como actriz con su papel de chica-adorable-pero-independiente-que-te-va-a-romper-el-corazón en 500 días juntos. Rebuscando e hilando cabos, vimos que era la aliada de Matt Ward en su proyecto She & Him, que juntos hacían unos videoclips flipantes y que poseían un puñado de estupendas canciones con constantes guiños a los clásicos. Para colmo, mirando un poco más allá de las revistas de música, se constató que además tiene estilo y, desde el mundo de la moda y las tendencias, se la tiene como una referencia dentro del tema naïf.

Desde entonces Zooey Deschanel se ha convertido en la novia que todos quisieran, en esa amiga capaz de poner una fiesta patas arriba y contagiar su alegría y buen rollo. Carismática como pocas, se mueve como pez en el agua dentro de la iconografía pop e invita a evadirse en un mundo de estribillos bri-llan-tes y melodías ma-ra-vi-llo-sas del que no apetece retornar jamás. Todo, claro, con la inevitable coreografía a juego. Como si de la versión dicharachera de Isobel Campbell se tratase (o bien una Kate Perry con bagaje indie y mayor calado) resulta inevitable adorarla. Y, por supuesto, pulsar mil veces el play en todos y cuantos lugares aparece en Youtube para sentir eso a lo que muchos se han hecho verdaderos adictos. Nos referimos a esa borrachera que te traslada en una placentera irrealidad en tecnhinoclor durante unos minutos. Le llaman magia pop. Y ella tiene la llave maestra para entrar en los compartimentos en los que se esconde.

Vean (entero, por favor, la música no empieza hasta el minuto 1.25) el vídeo que sale abajo, el de Don´t Look Back. Cuidado si están en el trabajo. Le pueden entrar unas ganas irrefrenables de unirse al baile.