La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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(seguimos en la era brit-pop)

En cierto modo Menswear son el ejemplo perfecto de las grandezas y miserias del brit-pop. Tenían un hit incontestable, imagen lo suficientemente atrayente como para fijarse en ellos, una convención de feromonas a su alrededor y una arrogancia capaz de parar a un tren. En 1995 Daydreamer invitaba a adorarlos, a tener 18 años y hacerse fan de ellos a muerte. No eran más que otro eficaz producto de esa fábrica de sensaciones llamada Londres que persigue gritos, calor, histeria, humedad, fanatismo…. y, a veces, la trascendencia que a Menswear les esquivó completamente.

Ellos asomaron la cabeza así, imponentes, con Daydreamer un single tan tenso, sexy y demoledor como los de lucían entonces Elástica, Sleeper o Pulp. Se lo iban a comer todo. La canción adecuada, en el momento adecuado, con la imagen adecuada… pero tras ellos había únicamente vacío, vacío y más vacío. Fueron el efímero sueño pop, un cohete que voló alto y, cuando tenía a todos mirándolo, se desintegró en un racimo multicolor. Jamás volvería a iluminar.

Debe ser frustrante mirarse al espejo con 40 años y ver al joven de 20 años que ansiaba ser estrella difuminado en un recuerdo de un pasado que prometía un futuro muy diferente. Viene a ser un poco la vida de la mayoría de los fans de la música, pero convertida en una hipérbole aparentemente insoportable. Aquí no es solo una cuestión de entradas que auguran una generosa calva, michelines que impiden ponerse pantalones pitillo y el reflejo en el espejo el puretilla que jamás se iba a ser. Hay algo más. El haber acariciado la gloria y saber que esta se deshizo entre las manos como un pedazo de hielo. Un recuerdo doloroso, que vuelve y vuelve, hasta odiarlo completamente.

¿Qué será hoy en día de Johnny Dean? Sí, aquel maniquí fanfarrón que la montó en el Fib de 1996, exhibiendo lo peor del carácter inglés y demostró que tras sus poses, sus peinados cuidadosamente estudiados y su glamour de cartón piedra no existía absolutamente nada. ¿Qué pensará cuando se mira al espejo y piensa en lo que fue, lo que es y lo que pudo ser? Quizá en uno de esos flashbacks de aquellos maravillosos años alguien pensé que todo se podía resucitar, que alguien le interesaría Menswear en el siglo XXI. En el 2008 se difundió la noticia de una posible reunión, que nunca se llegó a producir.

Eso sí, qué buena era Daydreamer. Tanto, que incluso habrá quien diga, ¿qué grupo británico actual puede presentar un hit así?