La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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(NOTICIA AL MARGEN: nuevo festival en A Coruña liderado por La Bien Querida. Más aquí)

Dos de los grandes grupos de la temporada tienen algo en común. Tanto los británicos The Vaccines como los norteamericanos The Pains Of a Being Pure At Heart suenan a ya oídos. No hay duda: ambos muestran con toda transparencia no solo de dónde beben sino cómo lo hacen. Sin embargo, los dos casos estimulan, emocionan y alegran el día. Y dejan en el oyente una rara sensación: la de enamorarse de algo que le recuerda varios años después al gran amor de su vida.

Respecto al What Do You Expect From The Vaccines?, disco de debut de los londinenses, no sirve el tan recurrido “No hacen nada nuevo” para dar la vuelta y marchase. En serio, de nada sirve resistirse a THE VACCINES. Hacerlo supondría un artificial ejercicio de contención. Su álbum de debut contiene al menos cinco trallazos que dejarán k.o. hasta al más reticente. Y es que cuando sus melodías recordatorias de los grupos de chicas de los sesenta cogen velocidad ramonianana y aroma rocanrolero vía Jesus and Mary Chain el oyente se siente haciendo surf sobre la ola de la euforia juvenil. Sí, el (placentero) efecto es exactamente ese

Este cuarteto ha logrado que el alicaído Londres vuelva a agitar la bandera pop con las armas de siempre: eficacia, inmediatez  y tradición. The Vaccines ofrecen himnos incontestables como Post Break-Up Sex o If You Wanna que hacen olvidar de un plumazo la terrible decepción del último disco de The Strokes e invitan a colarse en un paraíso de guitarras electrizantes y canciones como soles llenas de ecos de los clásicos. Del mismo modo que el año pasado le tocó a The Drums, este será el año de The Vaccines. Luego ya se verá si hay vida más allá del estallido inicial. 
http://vimeo.com/22242509?ab
THE PAINS OF A BEING PURE AT HEART ya están en una fase superior. Con ellos, tal y como le ocurrirá a The Vaccines dentro de un par de años, quedaba comprobar si solo eran unos hábiles músicos volcando su espíritu de fan por ciertos sonidos de música (el pop c-86 y las bandas shoegazers principalmente) o si había en ellos algo más. Belong, su segundo paso, ofrece la respuesta que buscan tanto sus seguidores como quienes les miraban con recelo. Los primeros encontrarán una nueva ración de pop lánguido y ligeramente ruido lleno de guiños a la franja 87-92 del pop inglés en el que sobresalen piezas como Anne With An E, Girl of 1.000 Dreams o la propia Belong. Quien pongan en duda su originalidad, sin embargo, seguirán haciendo sonar sin parara el detector de de parecidos, que pueden llegar a ser excesivos según quien los mire. Por ahí pululan las plantillas maestras de Jesus and Mary Chain, The Cure, Chapterhouse o New Order y será cuestión del oyente decidir si se queda con las grandes melodías que el disco posee o si, por contra, se queda fuera, como aquellos que en los noventa rechazaron a Teenage Fanclub o Black Crowes bajo la manoseada fórmula de “no aportan nada nuevo”.

En su día, sobre el Songs From Nothern Britain de Teenage Fanclub dijo Guillermo Z. del Aguila en Rockdelux: “¿Justificación intelectual para disfrutar del álbum? Pues la misma que para disfrutar de un helado en una tarde de verano”. La receta vale perfectamente para estos dos buenos álbumes, con emoción y déjà vu a partes iguales.