La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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hola-a-todo-el-mundoHola A Todo El Mundo
A Coruña, Sala Le Club 4-1-2010

El pop es fe. Hay que creer en él y todo su artificio. Lady Gaga, Robbie Williams o PJ Harvey se lo creen. Salen a escena dentro de su personaje y no solo logran que su vida parezca especial, sino que iluminan con esa sensación a sus fans durante unos minutos. Seguro que los que fueron sus compañeros de clase en el colegio alucinan. Podrían contar que son unos flipados, que en su día eran torpes en gimnasia e inadaptados en el patio del recreo, quién sabe. A una escala microscópica, puede que suceda la mismo con los componentes de Hola a Todo el Mundo, cinco encantadores superhéroes con una misión: la defensa del poder secutor del pop.

HATEM invitan al público a creer en ellos y toda su parafernalia de capas, flores y cachivaches con aroma hippie. Se puede frotar barbilla, adoptar el escepticismo como actitud y dudar de su propuesta buenrollista. Ya se sabe, que si la actitud es impostada, que si no estamos en 1968, que si Os Mutantes ya lo hicieron antes, ese tipo de cosas. Pero también se puede ir lo más cerca posible del escenario, sumarse a la fantasía, perder la cabeza y recargar las pilas de energía positiva. El sábado en Le Club la mayoría del público optó por la segunda opción. Enamorados de la propuesta de los madrileños, creyeron en ellos.

Pálidos, delagdísios y sonrientes, como ángeles sin malicia ni maldad llegaban a Galicia a ofrecer las canciones del notable Hola A Todo el Mundo como quien da un regalo hecho con sus manos. Temas caídos del cielo, con querencia sesentera y carcasa folk que hacen creer en un mundo en el que lo único que importa es la belleza, la armonía y el dejarse llevar. Con un sonido cristalino -los responsables de la sala comentaban que se tiraron horas y horas hasta encontrarle el punto- lograron que las cabezas se ladeasen al son de su delicia musical y que la interacción fuese total.

Mecidos en el vaivén campestre de The Past & The Sun, los ambientes misteriosos de Amor Fati o las espirales a lo Animal Collective de Choose Your Own Aventure 2, todo condujo al clímax de A Movement Between These Two, una de las canciones del año. Invitada la gente a coger instrumentos dentro de su particular baúl de xilófonos, panderetas, castañuelas, triángulos, etcétera… por unos minutos lograron que las ciento y pico personas que acudieron a la cita fueran una sola. «Na, na, na, na, na», palmas y la sensación final de felicidad plena fueron el broche de oro de uno de esos conciertos encantadores que invitan a seguir teniendo fe y creer en esa cosa bonita llamada pop. Con defensores como Hola A Todo el Mundo estamos a salvo.

Cierre del concierto con «A Movement Between These Two»
Foto: Vanesa Abelairas