La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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Sí, en la segunda jornada consecutiva de sol, es el día para sacar del trastero la munición de pop luminoso. Empezamos por un clásico: Ain´t That Enought, de Teenage Fanclub. Sí, ha sonado mil y una vez en toda cuanta habitación pop existe en el planeta, pero todavía sigue generado el mismo cosquilleo del primer día. Incluida en Songs Form Northern Britain, supone la quintaesencia del sonido de Teenage Fanclub: ese clasicismo de melodías inmaculadas que bebe los vientos por The Byrds y Big Star y que desarma a cualquiera que opte por resistirse a sus encantos. En su día, mediados de los noventa, cuando aún se estilaba el debate entre lo retro y lo innovador, Guillermo Z. del Águila hizo una preciosa crítica sobre el álbum en la revista Rockdelux. Tras darle vueltas y vueltas al papel de los escoceses en la escena pop, terminaba formulando una pregunta: “¿Justificación intelectual para escuchar escuchar este disco? Pues la misma que para saborear un helado en una tarde de verano”. Si ya han pulsado el play y la canción fluye mientras leen estas líneas, lo habrán entendido todo y sentirán exactamente ese sabor dulce, soleado y refrescante.

Más o menos por esa época, segunda mitad de los noventa, aparecieron los maravillosos singles de Velocette. Se trataba de la enésima recreación de las tablas maestras de The Supremes en clave indie. La diferencia la daba que la banda liderada por Sarah Bleach dejó una canción inmortal (Bitterscene) y un disco fantástico (Fourfold Remedy) en el que se recopilaban todos sus sencillos junto a temas nuevos. Luego, se evaporaron, sin dejar apenas rastro. Tal es así, que el único bocado musical disponible en Youtube es este notable Get Yourself Toguether que, aún siendo una gran canción, no supone ni de lejos la cima de un grupo totalmente a reinvindicar.

Y, bueno, aunque se baje bastante el nivel, y para que no se diga que en Retroalimentacion solo se vive de recuerdos, trasladamos este vídeo nocturno de una canción que posee mucho de resplandeciente luz pop. Son The Drums, una de las bandas de la actualmente fecunda escena de Brooklyn, capaz de hilar en Let´s Go Surfing el espíritu de los Beach Boys con el pop británico ochentero y el afroindie de sus vecinos de Vampire Weekend. Y todo, claro, son un silbido intermitente que hará recordar al celebérrimo Young Folks’de Peter Bjorn and John. Este verano tiene toda la pinta de acogerlo con los brazos abiertos como todo un himno.