La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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La canción recupera el reinado en el mundo pop. El siglo XXI ha dejado desfasado el elepé. Las descargas digitales han devuelto a los temas sueltos todo su valor y han dejado, en muchas ocasiones, los discos en un segundo plano. Recogemos en tres entregas el artículo que sale publicado hoy en las páginas centrales del Fugas

Los puristas venían reclamando en los ochenta y los noventa el single como vehículo ideal de la música pop frente al elepé. Fetichismos aparte, el argumento era demoledor: en muchos casos había que adquirir el álbum completo cuando el interés radicaba solo en una canción. La industria, favorecida con el cambio, ni caso. Pero, paradojas de la vida, la modernidad revitalizó esa idea. Eso sí, no en rodajas de vinilo de siete pulgadas, sino en descargas digitales directas a los reproductores de MP3 o a los móviles en formato politono. Sea como sea, durante estos diez años ella, la canción, ha sido la reina. Repasemos las que han sido algunas de las más representativas (¡ojo! no son necesariamente las mejores) en la primera década del siglo.

COLDPLAY «Viva la vida» (2008)
Pese a las acusaciones de plagio (tanto Alizee como Creaky Boards tienen temas sospechosamente parecidos), Chris Martin y sus chicos tocaron la gloria con ella. Cuerdas, épica y pop al servicio de la historia del rey destronado. Se dice que aludía a George Bush. Curiosamente, el PSOE, que la empleó en la campaña autonómica, perdió su trono en el Gobierno gallego. Sin embargo, Pep Guardiola, que se la ponía a sus chicos en los entrenamientos del Barcelona, conquistó el triplete.

LORNA «Papichulo» (2002)
El regatón ha sido el género más novedoso y uno de los más discutidos de la década. Uno de sus grandes himnos se puede encontrar en esta canción. Contiene las claves (ritmo machacón, letras con constantes referencias al sexo, dicción macarra) en su versión más refinada, comercial y para todos los públicos. En cuanto se escucha eso de «papipapi, papichulo» se adhiere como un chicle.

MADONNA «Hung Up» (2005)
Kylie Minogue y Gwen Stefani habían dejado obsoleta a Madonna en esta década. Celosa, decidió dar un golpe de autoridad con un single que llegó como un auténtico ciclón. ¿La receta? Estética retrosetentera, un sampler de Abba, una producción excelsa y mucho fuego con una canción que en realidad es más una sensación de euforia discotequera que otra cosa. Un hit en toda regla.

THE STROKES «Last Nite» (2001)
Como los Stone Roses de 1989, The Strokes parecían haber nacido para una única cosa: ser adorados. Con una aleación precisa y perfecta de guitarras, pantalones pitillo e indolencia lograron agotar las existencias de Converse Allstar, descubrir a los Modern Lovers a toda una generación y convertir Nueva York durante unos años en la capital pop. Ah y dar canciones tan vigorosas y energéticas como este Last Nite.

AVRIL LAVIGNE «Complicated» (2002)
Si todas las adolescentes de la primera mitad de la década querían tener la raya del ojo gruesa fue, en gran parte, por culpa de esta chica y de esta canción. Se trata de una resultona melodía que gira en torno a lo difíciles que son los chicos en las relaciones. «¿Por qué tiene que ir y hacer las cosas tan complicadas?», pregunta en su estribillo con una actitud entre Green Day, una rapera y una chica emo. Nena Daconte la saqueó en su En qué estrella estará.

RADIOHEAD «Idioteque» (2000)
El gran disco rock de la década llegó pronto. Con Kid A Radiohead perfilaron cómo debería ser el rock más excitante del siglo XXI: inquietante, oscuro y opresivo. Este tema es lo más parecido a un single que tuvo el álbum, todo un no-hit. Una parte de la crítica más tiquismiqui inicialmente les negó el saludo (decían que !plagiaban a Autechre!), pero al final parece que se impuso el sentido común y nadie los apea entre los imprescindibles de los dosmiles.

BEYONCÉ «Crazy in Love» (2003)
En Beyoncé encontramos el clásico ejemplo de artista que combina discos mediocres y canciones sueltas totalmente demoledoras. Crazy In Love apeló al soul tórrido de la mano de un sampler de los Chi-Lites y un videoclip inenarrable. Nadie, o casi nadie, se pudo resistir. Y la máquina de éxitos sigue funcionando con cosas tan maravillosas como Single Ladies, un tema que tiene más riesgo y experimentación que las obras completas de Franz Ferdinand, Bloc Party y Futureheads juntos.

PRIMAL SCREAM «Svastika Eyes» (2000)
Cuando en los primeros años de la década ibas a una discoteca y la gente se volvía literalmente loca escuchando esta canción, tenías la sensación de estar viviendo un momento único. Si eso se trasladaba al escenario de un gran festival, todo se acrecentaba. Swastika Eyes fue una de las razones que convirtió a Primal Scream en los grandes salvadores de ese rock n´roll que tiene un pie en Can, otro en los Stooges y otro en Little Richard. Aguantaron otro asalto con Evil Heat y aquel puñetazo de Miss Lucifer y, luego, bueno, bajaron bastante el nivel. ¡Cómo los echamos de menos!

DORIAN «A cualquier otra parte» (2007)
El pop español debería ser siempre así: adictivo, excitante, siempre cautivador. Dorian han grabado, sí, la mejor nación nacional de la década, demostrando que se puede llegar a un público más allá del indie con la calidad por bandera usando el principal canal de distribución con el que cuentan los grupos que no salen en los 40: los dj´s. Esta canción es ya un himno de club y ha calado, incluso, en quienes no soportan al grupo.

PJ HARVEY «Good Fortune» (2000)
Pj Harvey no solo dejó dos obras maestras (Stories From The City, Stories From The Sea y White Chalk), dos álbumes notables (Uh Huh Her y el A Woman A Man Walked By con John Parish) y uno de los mejores directos de la década, sino que además ha dejado una hilera de canciones sueltas memorables. En Stories From The City, más atractiva y magnética que nunca, sacó a relucir su lado más pop y dejó, entre muchas otras, un tremendo Good Fortune. ¿Lo malo para ella? Pocos periodistas se resistieron a plantearle sus parecidos con Patti Smith, esos de los que PJ incomprensiblemente siempre reniega.