La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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u21La producción de U2 en el siglo XXI daba a entender que los avances en su discurso pertenecían ya definitivamente a la región de las utopías. Tanto All That You Can´t Leave Behind como How To Dismantle An Atomic Bomb , sus dos discos de esta década, mostraban a una banda cuyos recursos pasaban por mirar exclusivamente atrás y regodearse en su propio sonido. Las noticias que precedieron a No Line On The Horizon apuntaban a un resultado similar. Pero ya desde el single adelanto, el roquero Get On Your Boots, algo decía que en esta ocasión se iba a ir más allá. Aunque solo fuera por el desconcierto generado por su sinuosidad arábica (especialmente si se compara con hits rotundos como Vértigo o Beautiful Day con los que se presentaron sus discos precedentes), la idea de que aquí se pudiera esconder un nuevo Acthung Baby! tomaba forma.

Algo de eso hay. Más allá de Get On Your Boots (el supuesto The Fly de este álbum), las analogías entre ambos trabajos son evidentes. Lo cual no deja de ser una paradoja: en su ansia de avanzar, U2 se ha inspirado en el que fue su disco más rompedor, dejando un buen puñado de huellas de ese viaje al pasado. Hay una apertura extraña como No Line On The Horizon que puede recordar al sentido que en su día tuvo Zoo Station. También se incluyen baladones souleros como Moment of Surrender que trasladan la mente de inmediato a One y las invocaciones al riff de rock clásico con barniz posmoderno Stand Up Comedy que podrían ocupar el papel que en su día tuvo Even Better and The Real Thing. Y en el tramo final, la oscuridad con vapor atmosférico de ese White Snow alentada en delays rememora al espíritu de Love is Blindness.

Pero, cuidado, porque en esta ocasión la inspiración no se posó en el hombro de Bono y sus chicos con la misma intensidad que entonces. Esos parecidos, que bien puede ayudar a enganchar al oyente a golpe de familiaridad dentro de una obra con pocos ganchos, también pueden volverse en contra de los irlandeses en cuanto se pongan frente a frente: pese a tratarse de composiciones correctas en ningún caso superan o igualan sus plantillas originales. Al mismo tiempo se debe destacar que, a lo largo del trayecto del álbum, se coquetea con lo prescindible en piezas como Unknown Caller y I´ll Go Crazy If i Don´t Go Crazy Tonight en las que Bono rellena el vacío a golpe de plúmbeos “oh, oh, oh” rescatados de la era The Unforgettable Fire. Funcionarán en los estadios, pero desde luego no en el disco donde piden a gritos que el oyente pase a la siguiente canción. Esos patinazos bien pueden compensarse con Fez-Being Born, probablemente el mejor tema del disco y otra pieza que hace genuflexión ante el legado del 84, pero con unas ínfulas totalmente renovadoras: tirarse por su tobogán supone disfrutar de un carrusel de sensaciones.

Lo cierto es que No Line On The Horizon es un trabajo apreciable que merece una oportunidad. Tras una primera escucha anodina, poco a poco, se va ganando al oyente. Pero en ningún momento deja ese sabor agridulce de lo que podría haber sido y finalmente no fue. Es decir, ir más allá de coronar la producción de la banda en la década presente y situarse al lado de Boy, The Unforgettable Fire, The Joshua Tree y Acthung Baby!, las obras mayores de un grupo que –fíjense- lleva desde 1991 sin alcanzar esos honores.