La Voz de Galicia
Girando en círculos sobre la música pop
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Los tres primeros álbumes de Damon & Naomi pasaron prácticamente desapercibidos en España. Mientras Luna eran reclamados para tocar en festivales grandes (Pradejón, Fib…) y coqueteaban ya con la condición de banda consolidada fuera del ambiente indie (es decir, ya no solo se hablaba de ellos en el Ruta 66 o Rockdelux, sino que Rolling Stone o en el Pais de las Tentaciones también les hacían caso), la célula comandada por Damon Krukowski y Naomi Yang permanecia en el más absoluto underground. Y, aunque con un poco más de presencia, lo cierto es que no variaría mucho la situación con su siguiente paso, Damon & Naomi with Ghost (2000).

Editado en España por Elefant Records, en él la sensibilidad del dúo se empasta con los aires psicodélicos de los japoneses Ghost. ¿El resultado? Una verdadera joya, así como clara candidata a erigirse en la mejor obra del dúo. Aunque parte de sus hallazgos, este álbum se sitúa lejos del carácter disperso y a medio hacer que se podría apreciar en Playback Singers. Todo lo contrario: aquí todas las piezas encajan con precisión. Destaca de manera especial el apartado vocal, en el que Damon & Naomi dan muestras de haber encontrado un registro cómodo en el que navegan como pez en el agua. Aparte de sus preciosas composiciones,todas ellas a gran nivel, es un verdadero placer toparse por el trayecto con lecturas como el Blue Moon de Big Star o Eulogy to Lenny Bruce de Nico.

La simbiosis con Ghost no se quedará solo en Damon & Naomi with Ghost, sino que la sociedad la trasladarán también a los escenarios. Como testimonio quedará Song To The Siren (2002), un álbum que recoge una actuación del dúo junto al guitarrista de Ghost, Michio Kurihara. El título lo toma prestado de una canción de Tim Buckley que incluyen en el disco. Con toda probabilidad, se trata de su tema más conocido.


Damon & Naomi con Michio Kurihara interpretando «Song of a Siren» de Tim Buckley

Continuando con su ritmo pausado y doméstico, en el 2005 Kurihara vuelve a cruzar el Pacífico para acompañarles en su nueva entrega The Earth Is Blue, el disco en el que se encuentran los registros más pop y luminosos de toda su trayectoria. Autoeditado en su sello 20/20/20, contiene versos como «Hagamos el mismo error una vez más / nosotros somos lo que somos hasta el final» que parecen decirlo todo sobre su postura de anónimos ingenieros de la tristeza. Nueva ración de folk con tendencia a la psicodélica marca de la casa pero – ojo – con novedades. Aparte de esa luz que lo impregna (prueben, si tienen la oportunidad, a escucharlo en un avión sobre las nubes), el jazz ejerce una notoria influencia. Y también la música brasileña, ahí está Araça Azul de Caetano Veloso revisado. A mayores, la edición española, que corrió a cargo de Acuarela, trajo caramelo extra: un segundo cedé con la lectura del A Song For You de Gram Parsons.

Y llegamos a la última parada, con Within These Walls (2007), un trabajo que pasó casi inédito y en el que semejan hacer un stop en los logros alcanzados y, desde ahí, mirar a la luna sin apenas levantar la voz. Ellos lo definen como un disco de baladas solitarias y, efectivamente, así es. Nocturno y encogido, destaca el trabajo de cuerdas de Bhob Rainey, un ropaje perfecto para la voz de Naomi en maravillas como A Silver Thread o la inicial Lillac Land, que empieza el disco exactamente donde cerró The Earth Is Blue. En Cruel Queen, una pieza tradicional de folk, la cosa se aproxima a los primeros trabajos de Marianne Faithfull.


Videoclip de «Within These Walls»

Pese a que la calidad fluye a borbotones en Within These Walls, algunos fans se han sentido defraudados, tachándolo de plano y rutinario. Si a ello le sumamos que el oyente ocasional ni siquiera se ha enterado de su existencia, quizá entre una cosa y la otra, el rescate de More Sad Hits con gira incluida se presente de lo más oportuno. Desde la promotora avisan que el dúo (que viene solo, sin Kurihana) se centrará en ese trabajo seminal, pero que también tocará canciones de sus otros discos. Si la magia acude a la sala Vademecwm, todo tiene pinta de que va a ser una de esas noches para el recuerdo. Al menos en el de esos 50 fans para los que Damon & Naomi son parte de su santuario pop. Por su presente, por su pasado y es de esperar que también por su futuro.

Que la melancólica rutina de sus discos se repita como siempre, cada dos o tres años.