La Voz de Galicia
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Hace meses comentaba en este Tonel la indignación que me produce el Euromamoneo y es que ,cuanto más datos conozco de estos sátrapas, más me siento como un pulgón al que ordeñan sin compasión ni recato.

Cada hormiga eurodiputado que abastecemos recibe un sueldo neto al mes de 6.200 euros más gastos de representación; para gastos generales disponen de 4.200 a mayores sin necesidad de justificantes y 21.000 euros al mes para gastar en el personal que necesiten  pudiendo contratar a su antojo amigos o familiares.

 

Hay hormigas euromamonas que tienen personal contratado con un sueldo de 1.200 euros al mes -un lujo para los pulgones- y viajan en coche cada semana a Estrasburgo o Bruselas, lo que supone un extra de 300 euros mensuales por compensación del viaje, aunque algunos confiesan que la mayoría de las veces picardean comprando un billete de avión low cost sin decir nada, los muy pillines.

 

Por si fuera poca esta ración de néctar, ahora han aprobado su jubilación a los 50 -con la que está cayendo- con nueve mil euros al mes de vellón vitalicio; algunas hormigas de bajo rango, como un controlador adjunto de protección de datos, tendrá derecho a una pensión de 1.515 euros al mes por dos años de servicio. Muchos pulgones no consiguen eso ni después de cuarenta años de tajo y una oposición a pulso.

Hay un euromamón de 73 años que engulle casi cincomil euros  como comisario europeo de trasportes, a lo que añade la pensión como ex ministro francés, la de ex presidente del Haute Loire, la de alcalde de su pueblo y para mayor vicio le nombraron miembro del Consejo Constitucional. Un pleno al rojo.

Las hormigas vacían nuestras reservas y cada vez nos exigen más néctar para mantener su película del Padrino.

Antes el hormiguero era menos numeroso pero con semejante bonanza han aparecido hormigas jueces, abogados, procuradores, mediadores, controladores y su correspondiente sin fin de hormiguillas rémoras que las acompañan, todas nutridas por los exangües  pulgones europeos. Cada vez son más y nosotros menos, sólo se extinguirán por inanición cuando nosotros nos extingamos de viejos porque no nos da para reproducirnos.

No hay defensa posible, antes si no rendías lo exigido te cortaban una pata o te decapitaban, ahora te esclavizan embargándote la cuenta; cargándote de recargos si no cumples, bajándote el sueldo y subiéndote la edad productiva. Todo es legal y conforme a las leyes que las mismas hormigas dictan.

¿Porqué no las esterilizan?¿Quién permite tanto lujo regalado a costa del pulgón de brega?

Con estos datos se entiende la ansiedad por pillar cacho de euromamón a los desechos de tienta domésticos y a los del Brexit.

No va más.