La Voz de Galicia
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APUNTES

Mucha gente me  ha preguntado cuál sería el diagnostico psiquiátrico de «El Procés»,  lo que daría para una tesis doctoral o una  teleserie tan exitosa como «Fariña, con un share garantizado del 47%.

La Teoría General de Sistemas enseña que  los individuos, las familias o cualquier grupo humano se rigen por las mismas leyes a la hora de mantener o corregir su equilibrio, así que podría hacerse un análisis muy elegante y preciso del Procés desde una visión sistémica; descarto sin embargo esta posibilidad porque hay tantas variables en este asunto  que se necesitaría un matemático y un buen sociólogo para poder manejarlas con el rigor necesario.

Desde un punto de vista psicoanalítico resulta muy atrayente interpretar el origen de las conductas de los protagonistas y descubrir las razones ocultas  tras un flequillo, un «ollo virollo» o una lengua zarabeta que seguro que las hay. Pero hay psicoanalistas infinitamente más … Seguir leyendo

HORMIGAS Y PULGONES

Hace meses comentaba en este Tonel la indignación que me produce el Euromamoneo y es que ,cuanto más datos conozco de estos sátrapas, más me siento como un pulgón al que ordeñan sin compasión ni recato.

Cada hormiga eurodiputado que abastecemos recibe un sueldo neto al mes de 6.200 euros más gastos de representación; para gastos generales disponen de 4.200 a mayores sin necesidad de justificantes y 21.000 euros al mes para gastar en el personal que necesiten  pudiendo contratar a su antojo amigos o familiares.

 

Hay hormigas euromamonas que tienen personal contratado con un sueldo de 1.200 euros al mes -un lujo para los pulgones- y viajan en coche cada semana a Estrasburgo o Bruselas, lo que supone un extra de 300 euros mensuales por compensación del viaje, aunque algunos confiesan que la mayoría de las veces picardean comprando un billete de avión low cost sin decir nada, … Seguir leyendo

EL MAGO (Cuento para estrenar primavera)

Aquí lo tenía todo pero no había nada, así que, como tantos otros vecinos, tuve que emigrar. Mi destino fue Nueva York y cambié la panadería de una aldea mariñana por una oficina de cambio en la cuarta avenida.

De pequeño ya me entretenía haciendo muñecos con pasta de pan como si fuera plastilina y aprendí algunos trucos de magia con migas de borona. Nueva York es muy distinto a mi tierra, pero éramos y somos el suficiente número de gallegos como para formar una tribu numerosa a la que nunca le falta un buen pulpo, unas filloas y cantar un «ailelelo».

Una pequeña cuadrilla de aborígenes solíamos quedar un viernes al mes en un local de Tribeca. Tino Pereira, que andaba de taxista con Ana Kiro de música de fondo (éramos de la misma aldea), un día me dijo: «Te voy a llevar al Madison Square Garden a ver … Seguir leyendo