La Voz de Galicia
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La cantina de la estación era el punto de encuentro de los jóvenes del pueblo al acabar el día, a última hora de la tarde la gente no jugaba al dominó ni a las cartas, únicamente bebía cerveza en botellines, miraba la televisión y conversaba sobre las noticias del día.

El ambiente olía a tajo y fatiga pero era acogedor de complicidades y discrepancias de todo tipo.

Joan regentaba el local con la displicencia cercana de quien no tiene más frontera que una pequeña barra de bar.

Aquella tarde el murmullo parroquiano era más sonoro que el habitual, Jordi, un joven fontanero currante y con hijos, contaba haber leído que un tal Peter Turchin, predecía a través de un algoritmo con el big data que el 2020 iba a ser un año muy malo para todos nosotros. ¿Te parece raro? -replicó Esteve- era visto ¿ o pensabais que los huracanes premium que han asolado Centro America y los terremotos de Méjico son una casualidad? No tíos, es un aviso a navegantes.

Laura, una fisioterapeuta de la C.U.P, vital y morena abundó: pues algo tendrán que ver la bomba H del gordito norcoreano en su particular pelea de gallos machistas con el del musgo pelirrojo en la frente. Digo yo! ¿o no?

El big data de Turchin contempla muchas más variables. El lío de religiones, el cambio climático, las hambrunas y la vuelta al pasado, unos a vengar las cruzadas, otros a exhumar a Lluis Companyns a Franco y a Dalí, al revisionismo de todo como solución a un futuro incierto que no sabemos inventar y nos devuelve al pasado.

Estamos congelados  porque no tenemos leña, ideas ni ideologías nuevas que quemar  y lo que hay no calienta nada; la única solución que encontramos es atizar la leña del pasado y seguir viviendo en blanco y negro. Lo malo es que el pasado está cargado de un combustible de errores y atrocidades de alto voltaje que  a nada que lo soplas estalla. Es una lástima pero yo, que soy neurólogo -confesó ante sus viejos amigos y una woll damm en la mano- os aseguro que no existen  pastillas para el  olvido y que cuando se soplan los rescoldos arde todo otra vez. Quizás estemos llegando a un punto sin avance y tengamos que extinguirnos como los dinosaurios, que es lo que predice Turchin que además es ruso y los rusos, cuando se ponen serios, son temibles.

 

Daniel, el alcalde del Pdecat, cabizbajo e inmóvil, escuchaba la conversación sin mover un músculo. De pronto rompió el silencio y mirándose el dedo índice  dijo : «me cago en deu, tinc una puncha al dit que me fa molt mal».