La Voz de Galicia
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“Todos los que parecen estúpidos, lo son y, además también lo son la mitad de los que no lo parecen”.       

Quevedo

 

Al Estúpido lo define Maria Moliner como un bobo, tonto, persona que molesta por su falta de discreción u oportunidad. La RAE aplica el término para alguien notablemente torpe para entender las cosas y falto de talento.

Me malicio de que no exista una conspiración a nivel mundial para fomentar la proliferación de tantos estúpid@s.

El estúpid@ no es un malvado, no es alguien que utilice el arma de la ignorancia, la impertinencia, la mala educación o la arrogancia de forma consciente, el estúpido no se lo hace, simplemente «es» ,  por eso resulta tan irritante, porque con ellos no se puede discutir, son irrefutables a la argumentación lógica y sólo resta soportarlos.

El muestrario sigue aumentando en esta temporada primaveral: El senador de Compromís con camisa imposible de esta semana rompiendo la foto de su compañera de piso desde la tribuna del Senado en un gesto de sublime estupidez desgastada; la mercurial Alba Carrillo y su nebulosa madre exhibiendo en cueros un grado de estupidez tropical  asombroso. El alcalde de Calasparra que dice que «no ve qué problema hay en manifestar los sentimientos en público»- sólo  un estúpido XXL puede lanzar una afirmación así. Pablo Iglesias haciéndose el sueco sobre Venezuela y sacándose de la chistera una arepa rellena de estúpido oportunismo cargado de estratégica malicia; la Madre superiora del «tres per cents» afirmando no tener una pela y que se la pela la UDEF.

 Le «petit mêtre» de Monsieur Hollande saliendo estúpidamente estirado por el corralillo del Eliseo sin saber aún qué es lo que le ha pasado para terminar evaporándose sin dejar rastro de grandeur.

El reiterativo Ristro Mejide que alcanza el cenit de la estupidez a base de soltar impertinencias a todo cuanto incauto  que se le pone delante haciendo de sus desagradables estupideces seña de identidad fiscal  ;la desfigurada salchipapa de Leticia Sabater que parece no darse cuenta de lo estúpida que resulta su popularidad.

El incalificable Maduro hablando con las vacas mientras el corral se derrumba. Los tupés de Kim Jong-Un con su excalextric nuclear  y  de Doland Trump amenazando periodistas y directores del FBI…¿Cómo es posible que haya tantos y con tanto tirón?. ¿Qué grado de estupidez podremos llegar a soportar los expectadores de esta caravana de mosntruos que recorre la actualidad?.

Como casi siempre Quevedo tenía razón, con el agravante de que en el siglo XVII había mucha menos población que ahora y no se exhibían tanto.

Carguen las alabardas de paciencia porque las legiones de estúpidos y estúpidas avanzan sin compasión por todo el muladar.