La Voz de Galicia
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En una conferencia reciente el filósofo esloveno Slavoj Zizêc –  un tipo histriónico, desmesurado, ocurrente y provocador-  disertó sobre la relación de los excrementos con las ideologías, distinguiendo entre la cultura francesa, anglosajona y germánica, según  la forma de tratar sus deposiciones. El tema suena escatológico, pero es inteligente y da mucho que pensar.

Dice Zizêc que en la época de Hegel estaba de moda afirmar que había una “trinidad europea” esto es, Europa estaba estructurada como entidad espiritual en tres polos, cada uno de los cuales representaba  una nación establecida, una actitud concreta y un determinado nivel de vida. Los alemanes son políticamente conservadores,  la vida es poesía, pensamiento, contemplación. Los franceses  son políticamente revolucionarios de izquierda. Los ingleses tienen la economía como estilo de vida y son liberales moderados en política.

Paralelamente a esto señala que quien haya  viajado por Europa, habrá observado que los WC son diferentes : los franceses tienen el agujero para el excremento atrás, para que éste caiga directamente dentro y desaparezca ipso facto. Los ingleses son del tipo donde el excremento flota un rato en el agua antes de desaparecer . Y los  alemanes tienen el agujero en la parte delantera para que el excremento permanezca y no se pierda esa vieja tradición germánica de inspeccionar cada mañana el excremento buscando en él algún rastro de enfermedad antes de descargar el agua.

Según Zizêc, el francés en política es tan radical como tratando sus excrementos, caen y desaparecen, como la guillotina , como Sarkozy. Los anglosajones son pragmáticos: “dejémoslo flotar un ratito a ver como se comporta y luego, si no interesa, hacemos un Brexit. Los alemanes son más conservadores y contemplativos: lo contemplan,  lo analizan, le dan vueltas y vueltas antes de deshacerse de ellos sino tienen importancia. Así lo hace Merkel con la dominatrix Sra.May

Zizêc nos deja  huérfanos de un retrato del español en el retrete, cosa comprensible si tenemos en cuenta que nuestra relación oficial con  el WC  -Water Close, cerrado con agua- es tardía.

El primer inodoro con agua corriente lo ideó Sir John Harrington en 1596 para su prima la reina Elizabeth I de Inglaterra. En 1775 Alexander Cummings inventó la válvula y el primer inodoro con agua  casi perfecto no aparece hasta l.850. El papel higiénico lo hace en 1.857 y el primer rollo en l.928 .

Hasta bien entrado el siglo veinte nosotros funcionamos con el humilde orinal o el violento “agua va” consistente en arrojar los detritus por la ventana.

Quizás por el retraso en la incorporación del WC nuestra ideología siga siendo más parecida al orinal, es decir, esconderlo debajo de la cama o cuando se pueda lanzárselo al primero que pasa.