La Voz de Galicia
Escritos de Galicia y resto del planeta
Seleccionar página

m1

Red Natura del río Tambre. A Guarda me encantó siempre. Sobre todo desde que supe, siendo yo adolescente, que ni siquiera los piratas se atrevían a poner proa a aquel puertecito, mínimamente resguardado de los poderosos. El monte Santa Tegra era un auténtico imán, y cuando lo conocí con 8 ó 9 años me quedé prendado de él para siempre. Incluso ahora, que suman multitudes los que suben hasta su cima, donde está aquel hotelito donde entonces dormí dos noches, lujo puro. Hoy A Gaurdia es un auténtico adefesio urbanístico, un ejemplo de cómo destrozar una villa marinera, pero sus alrededores siguen siendo muy recomendables. Estas son mis razones:

1/ El sin par castro de Santa Tegra, la citania por excelencia, excavada en una pequeña parte, arrasada ya en plena democracia otra gracias a un alcalde que dijo que allí mandaba él y ancheó la carretera.

m1

2/ La ruta PR-G 160 discurre por terrenos muy llanos y permite conocer los últimos kilómetros del río Miño. Apta para todos los públicos y sin peligro.

m1

3/ La caseta para los amigos de observar las aves, algo que ahora está de moda. Eso sí, hay que tragar bilis al ver las inscripciones hechas en su interior por los vándalos.

m1

4/ Iglesia de Salcidos, vecina del santuario homónimo (el cual tiene menos interés).

m1

5/ La desembocadura del Miño. Justo ese lugar donde se enfrenta al Atlántico. Una cruz lo marca.

m1