Irixoa (A Coruña). Me he llegado al municipio de Monfero a charlar con los alumnos del CPI Virxa da Cela. Y desde Betanzos a Irixoa he dejado a la diestra la capilla de San Cosme. Iba con el tiempo justo, así que ni le hice caso. Al regreso acabo de parar ante ella. Es uno de esos lugres simbólicos: cuando tenía 13 ó 14 años fui allí con mis padres en una de las habituales excursiones, y allí comimos sentados en la hierba. Era toda una odisea subir en un 600 cargados, desde Betanzos y por una carretera infernal, pero esa fue una de las grandes ventajas que tuve en mi infancia y adolescencia: íbamos a todas partes, casi sin dinero, con la comida y el agua (o la gaseosa si había suerte) de casa y descubríamos Galicia. No la recuerdo como una excursión alegre, pero me impresionó antes la capilla románica. Ahora me volvió a impresionar, pero por lo desangelado del entorno. Un panel cuenta su historia y asegura que allí hay una histórica carballeira (robledal). Juzgue el lector por la foto que encabeza estas líneas.
Parada nostálgica ante la capilla románica de San Cosme, en Irixoa
por Cristobal Ramírez | Feb 20, 2015 | Iglesias, Para ir con niños, Turismo Cultural | 0 Comentarios