La Voz de Galicia
Escritos de Galicia y resto del planeta
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Huntingdon. Miré el reloj, vi que iba un poco justo de tiempo, apagué el ordenador, recogí las cosas un poco a la buena de Dios y me largué. Al llegar al apartamento donde duermo me di cuenta de que me había dejado el adaptador. Sí, ese cacharrito imprescindible en Gran Bretaña, porque aquí los enchufes son bien diferentes de los nuestros (bueno, en honor a la verdad, hay cientos de cosas diferentes a las nuestras). De manera que hoy, a las dos de la tarde, regresé a la misma mesa que ayer. Abrí la tapa del enchufe y… ahí estaba el adaptador. Casi 24 horas más tarde nadie lo había cogido. Y hasta me apuesto a que nadie lo ha tocado. Cosas de este país.