Mondoñedo. Hemos elegido el día, sin duda: en Mondoñedo, como en casi toda Galicia, llueve que da gusto. Tanto que para salir del coche hubo que esperar unos minutos so pena de tener que cambiarse nada más llegar al Centro Comarcal. ¿Qué se me ha perdido por aquí? Una liada de Carlos Rodríguez y de Valín. Carlos cogió a más de 40 alumnos, los metió en un autobús y los trajo a los feudos de Valín con el fin de llevar a cabo una experiencia curiosa, con toques de originalidad -más serían si no fuese por la lluvia- y que se podría definir como una inmersión en los recursos y productos turísticos de la ciudad. O sea, a remangarse y a trabajar.
En realidad no he visto nada de nada por culpa de la dichosa lluvia. Me he encerrado aquí, voy a comer de cátering y ya veremos qué tal nos va por la tarde. Porque toca ir al barrio de Os Muíños, al puente de O Pasatempo y a ver el casco histórico en general. Lo único que he apreciado es lo que ya sabía: no hay arrestos en municipio para quitar los coches de la plaza de la catedral. ¿Que no hay dónde meterlos? A menos de cien metros lineales: en el siempre casi vacío aparcamiento del seminario.