Red Natura del río Tambre. He estado un par de días de esta semana disfrutando de la hospitalidad de Pilar Valiña en O Cebreiro. Un lujo poder dormir en su hotel en unos días como estos, vísperas del 25 de julio y con peregrinos -no muchos, cierto, nada comparable a otros años- caminando rumbo a Compostela. Y el azar quiso que me encontrase con un grupo de magos gallegos que comenzaron allí su andadura pagando de su bolsillo decididos a amenizar a los peregrinos sus veladas. Ellos tenían también un afán -y quizás un poco de rabia- reivindicativo: este es el primer xacobeo en el cual no les han dado ni un céntimo para que trabajasen. Estadísticamente normal: este año se ha primado el gran concierto venido de fuera y en Galicia las asociaciones -yo presido una- estamos a verlas venir, en una política suicida del Xacobeo de pan para hoy y hambre para mañana.

El caso es que actúan y siguen actuando aquí y allá, en pleno Camino, al llegar a su población de destino (hoy deben de andar por Palas de Rei o Melide), al desayunar y cuando sea. Son profesionales y hacen un excelente trabajo. Y, desde luego, son unos excelentes embajadores de Galicia. Quizás por eso justo el día que comenzaron la Consellería de Cultura sacó un comunicado por el que se decía que iba a hablar con ellos, que tenía 77.000 euros y que así se financiarían más de un centenar de actuaciones (¡bien baratas salen, vive Dios!). Pero claro, no era el Xacobeo quien recogía el guante: era el diligente director xeral Paco López Barxa, un gallego que sí sabe lo que es Galicia.