La Voz de Galicia
Escritos de Galicia y resto del planeta
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Lires. Dos y cuarto y con hambre. Paro el coche en Lires sin saber si hay sitio para comer o no. Mi pesimismo habitual al respecto me lleva al error, porque veo la pensión y restaurante As Eiras y paro el coche allí mismo. Un acierto. Local grande, un propietario de nombre Pablo todo amabilidad, comedor luminoso y limpio con un cierto aspecto a entrañable casa de comidas. En realidad, le estoy siguiendo los pasos a Marras, fotógrafo, que ha hecho (otro) excelente reportaje de la zona. Ha parado de llover y, albricias, viene una tarde clara, azul, con escasas nubes.

Lires no está destrozada en absoluto, y encierra lugares muy agradables. Es de esos sitios que siempre he encontrado en calma, con silencio. Incluso cuando dormí aquí, en días en que yo trabajaba en lo mío y Coro se partía el alma en la lucha contra la marea negra del Prestige. la gente acudía a las playas en silencio, con la tristeza dentro y la fuerza en los músculos.

Hoy todo eso es recuerdo. Como en As Eiras un poco a correr, porque esta profesión es así. Sopa de fideos (un 8), calamares fritos impresionantes (casi un 10) y tarta de chocolate casera (un 9). Baratísimo y muy, pero que muy, abundante. Lo dicho: otro de esos sitios que esconde Galicia y que se merece figurar en cualquier guía gastronómica.