Un Deportivo heroico contiene el empuje del Madrid
[La crónica del Dépor 0-Real Madrid 0, que duró apenas unas horas en la web…]
Con un sufrimiento al borde de la fibrilación, el Deportivo de La Coruña sacó un valioso empate ante el Real Madrid, borró la afrenta de la goleada del Bernabéu (6-1) y frustró a un rival que se deja muchas opciones de ganar la Liga en Riazor. El equipo blanquiazul resistió con un esfuerzo al borde del ahogo el empuje de los blancos, que pusieron todo lo que tenían en el campo. No fue suficiente ante las paradas de Aranzubía, las necesarias dosis de fortuna y un trabajo colectivo que emocionó al deportivismo que llenó el estadio.
Sin tirar a Casillas, con apenas dos acercamientos a la portería contraria pero con la solidez de las mejores noches y las justas gotitas de suerte (dos tiros al palo, uno de ellos rebotando después en Aranzubía pero saliendo a córner) el Dépor no logró el triunfo que, según Lotina, le supondría la salvación. Pero vio reforzada su autoestima y su vínculo con la afición, que atestiguó el sacrificio de los jugadores. Un puntito pero un gran paso para afrontar lo que queda.
No importó que Mourinho usase todo el arsenal. Acabó con Adebayor, Benzema, Özil, Cristiano Ronaldo y Di María en el campo. Prescindió de un defensa para volcarse sobre el área de Aranzubía. Además de los dos postes, encontró al menos tres paradas de enorme mérito a cargo del riojano. Abusó por el costadode un Morel retratado en cada carrera con un jugador de blanco. Pero no hubo forma. Con Lopo colosal al corte y con Laure hiperactivo y opositando a la titularidad, la defensa se sostuvo ante la avalancha.
Fue lo que le quedó al Dépor. El repliegue con todo y con todos. Las ayudas constantes de Antonio Tomás y sobre todo Rubén Pérez. La ayuda en la salida de Guardado, recuperado pero justo de fondo, un alivio para un equipo escaso de opciones para salir de la jaula. Los de Lotina hicieron 20 minutos de tú a tú con el Madrid. Laure percutía por la banda derecha, donde apareció por sorpresa Guardado. Tiraron un par de centros sin remate. Juan Rodríguez hacía un gran esfuerzo para tapar la salida del balón y tratar de llegar al área. Pero pronto se le hizo el partido demasiado largo al Dépor, con problemas en el repliegue cuando el Madrid salía rápido o cuando aparecía Özil, el que más luces tenía. El Madrid empezó a tomar el control pero no asustaba. Los tiros de media distancia eran su principal arma (Kaká, Özil), mientras que Ramos desperdició un balón suelto en el área y a Ronaldo le anularon un gol por fuera de juego.
El primer tiempo dejó la sensación de que un gol madridista sería inevitable si las cosas seguían igual. El Dépor no inquietaba a Casillas, perdido Sand en el juego de perseguir el balón largo, demasiado lento para eso, llegando medio segundo tarde a los centros peligrosos de Morel primero y Guardado después. Lotina empezó a refrescar a sus piezas para aguantar el tirón, porque el Madrid se volcó sobre Aranzubía. El héroe de Almería respondió con paradas dignas del titular del área contraria. A falta de Cristiano, al remate a bocajarro de Adebayor, a tiro de Di María, en todos los balones aéreos. El Madrid se partió con los cambios, perdió el control del centro del campo y el Dépor hasta dio la sensación de que una contra fugaz podría montar el gran lío. Pero el cansancio fue demasiado. Bastó con aguantar y celebrar un punto tan milagroso como esperanzador.
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