La Voz de Galicia
Libros, música y seres humanos
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Silencio: Liz Taylor

Hay gente que tiene un nido de luz en la cara. No nacieron para el cine, el cine nació para ellos. Liz Taylor es un caso claro. Con premeditación, alevosía y toda la nocturnidad de una sala de cine. La disfrutamos en blanco y negro, y luego en color, con el brillo de las iridiscencias violetas de sus ojos azules. Liz era una roca de talento. No solo un rostro espectacular. Liz no interpretaba, era pura vida sobre la tramoya del escenario, de catarata de odio a lago de melancolía. Te hacía sentir más falso a ti emboscado en el patio de butacas que a ella en el paño de la ficción. Flanqueada por sus dos Oscar y por su Richard Burton, nos mirará desde el mismo cielo en el que está Gary Cooper. Liz vivió en 79 años lo que la mayoría no viviremos ni en cincuenta existencias más. … Seguir leyendo

Pan negro

Arrasó en los Goyas. Ojo, Pan negro es una película dura. De corte realista. Con una pintura delicada y extraña de poesía. Absténganse los que crean que el cine es para palomitas y productos Disney. La película de Agustí Villaronga, que estaba destinada a un público escaso, multiplicó su atractivo por la avalancha de premios. La noche de la gala no había ni una copia pirata en la Red. En seguida, surgieron 2.500 copias de la nada. El filme habla de las mentiras gigantescas del mundo de los adultos a los ojos de un niño que tiene que creer y crecer a lo bestia. Nada de lo que le dicen es cierto. Y los otros críos son egoístas que miran por lo suyo. Es la posguerra española y el hambre pudre los estómagos y las almas. Villaronga narra con una sensibilidad extraordinaria un culebrón del rural catalán que bien podía … Seguir leyendo

La alameda de los sueños

Parte VII
Cap. 123

«Huir de la realidad no sirve de  nada. Pero da gusto». Anónimo genovés

-Dame la mano.

Y me dio la mano. Me dio su mano y me parecía pequeña en la mía, como una estrella de mar que se encogiese. como un pequeño corazón que se recogiese de gusto como cuando lo toca el amor.

La niña me miraba asustada. Y yo le dije:
-No te preocupes. Todo va a salir bien.

Pasamos las vallas militares y entramos en la zona de exclusión. En seguida, nos dirigieron hacia uno de los cohetes. Ella me dijo:

-Pero no es un caballo alado.

-No, tranquila. Es como un caballo alado.

-Pero los caballos alados no son de hierro.

-Sí, sí lo son. Lo son los más poderosos. Y este nos llevará lejos , muy lejos. Todo va a salir bien.

La niña se calló asustada y noté que … Seguir leyendo

La calumnia

Estamos en tiempos de los Goya y los Oscar. Y no hay nada mejor para homenajear al cine como ponerse en casa una obra maestra. Una obra maestra, porque no le sobra ni un segundo cincuenta años después, es La calumnia. Nada como el cine en blanco y negro, con los diálogos escritos a color. William Wyler filmó La calumnia en el 61, con dos actrices imposibles de mejorar, Shirley Mclaine y Audrey Hepburn. Wyler se atrevió con el lesbianismo hace medio siglo y retrató como nadie como la mentira lo envenena todo. Como la mentira crece y crece como una bola de nieve hasta devastar a quienes les afecta. De esa niña de La calumnia sale toda la tele basura de hoy, con esos  tipos que hacen los comentarios que les da la gana sobre la vida de otras personas, sin probar nada. Ese deporte del tiro al plató. … Seguir leyendo

Días y otros días cuesta abajo

Hay días en los que te sacarías el corazón con la mano y lo pondrías tic tac sobre el suelo. Noches en las que te sacarías el corazón con un puñal, lo rociarías de gasolina y lo pondrías a arder sobre el suelo. Hay días y noches en los que llamas a los fantasmas del miedo, tan familiares, por su nombre. Y otros días en los que vas cuesta abajo y los viaductos no te parecen altos. Ni los puentes insalvables, y los atascos son una tontería. Y el trabajo es solo un trabajo. Y los niños no están enfermos, cuenta ikachu.

-Siempre es mejor soñar con los días cuesta abajo y dejar las pesadillas en el cajón de los trastos, le responde justa Skitty.… Seguir leyendo

1, 2, 3, 7…

Di Marco hace tiempo que no sabe nada de Diego García. En otro tiempo ocupó su vida con esa ensalada de letras.

-Los seres humanos son algo más que una ensalada de letras, le dice Skitty mientras acaricia las cabezas dormidas de 123 y 124.

Di Marco no le contesta. Sigue fabulando sobre dónde estará Diego García, aquel niño que tanto había ocupado su vida. Y le cuenta a Skitty que soñó con arañas.

-Y ¿matabas a las arañas o las dejabas tranquilas en tu sueño?

A Di Marco le llamaba la atención cómo Skitty tenía un montón de conocimientos que no servían para nada. Ella sabía que soñar con arañas si no las matas es positivo. Quiere decir que llegan cambios a tu vida, cambios que permites que creen una telaraña nueva. Pero si soñabas que aplastabas a las arañas te cargabas la posibilidad de cambio.

Y entonces tanto … Seguir leyendo

Las hadas de cristal

A Macu, te quiero 37 millones de veces
A Skitty le gustaba amar como si el amor fuese un paseo por el borde de un acantilado, sentir de verdad. Y así fue que tuvo a sus niñas, Sara y Carlota, para quererlas en la frontera de todas las cosas.
Fueron Laura y el pequeño César los que tuvieron la idea de dejarles a las gemelas Sara y Carlota su sombrero mágico. Estaban cansados de volar de aquí a allá. Ya habían estado con su gorro de viento en la torre Eiffel y en el centro de la tierra, donde están las calderas y donde conocieron al pequeño príncipe pianista que tocaba para crear los climas que había arriba, sobre el planeta.
-César, déjales el sombrero mágico a las gemelas. Ya verás cómo se divierten con Madri.
Las dos niñas vieron aquel gorro con sus aspas de colores y les pareció … Seguir leyendo

Tormenta coriolis

Hace tiempo que no hablamos de las tormentas coriolis. Hoy hace un día con una luz que quema. Uno de esos días que llegan después de las tormentas de arena que casi nos entierran. El sol es un diamante verde que raja los ojos. Y tú cuidas a tus pequeñas como en un poema. Ahora vives en las afueras de Arrakeen, antes del desierto. Juegas con tu hijo en el columpio de un parque público, antes de la glaciación. Quiere comerte la cara. Quiere ser un dinosaurio. Y lanzar la pelota como los dinosaurios. Los niños todavía no entienden de tormentas coriolis que dejan la cabeza de cualquier fama hecha un cronopio ni de elecciones que riman con repeticiones y con más cosas. Los relojes de Dalí se derriten cuando el cerebro emite la carta de ajuste o cuando los días son como una rayada pantalla con conexión política. Tragas … Seguir leyendo