La Voz de Galicia
Aprendiz de madre
El blog de la crianza y la conciliación
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La silla vacía

Haciendo a un lado el consumismo desaforado y el exceso de ñoñerías que somos capaces de cometer en la época decembrina, la Navidad es sin duda una de las etapas más emotivas del año porque nos permite disfrutar de la familia y de los amigos.

Sé que hay mucho Grinch por ahí suelto que pese a su repudio público a tan señaladas fechas en el fondo también disfruta de la cercanía de las personas amadas durante las cenas y convites.

Y es precisamente en estas reuniones donde se encuentra el significado de la Navidad. Sí, sé que a muchos les parecerá un coñazo pero poder sentarte un par de horas con la gente que más quieres para cenar, conversar, reír, cantar e incluso bailar, es una de las experiencias más gratificantes que existen.

Sin embargo, no siempre tenemos la dicha de disfrutar de los que más amamos, no sólo … Seguir leyendo

Las mentiras navideñas

– Mamá… ¿Papá Noel es chica?

– No, es un chico, no ves que lleva barba.

– Pero también lleva pendientes, y yo creo que es chica porque lleva el pelo largo y además lo tiene rubio.

– ¿Y tú como sabes eso?

– Porque le asoma el pelo debajo del gorro.

– Pero Montse, ¿no ves que si fuese chica se llamaría Mamá Noel?

– Pero si es chico… ¿por qué parece mujer?

– ¿Y si el que viste no era el verdadero Papá Noel sino una chica disfrazada?

– ¿Ah sí?

– Pues no sé, puede ser.

– Yo creo que no es Papá Noel ni Máma Noel, yo creo que es Abuelo Noel.

– ¿Abuelo Noel?

– Sí, porque lleva barba blanca y parece un poco viejo.

Esta conversación con mi hija sucedió cuando vio a uno de los falsos Papás Noel que visitan las escuelas y … Seguir leyendo

Un diciembre para recordar

Diciembre suele ser un mes para dar, recibir y recordar. Y son esos recuerdos los que hacen que una familia permanezca unida aún cuando ya no estén todos juntos. Mi hija, de 3 años, solo pasó dos navidades con su abuelo materno, pero lo recuerda casi a diario. Estos días, en medio de la fiebre navideña que padece desde el pasado mes, le dedica mucho tiempo a su abu Toto. Le ha puesto una bota para que Santa le deje un regalo, le ha dibujado una flor de Navidad y suele dejar un caramelo junto a su foto.

Esos gestos que nacen de su absoluta inocencia me hacen valorar lo importante que es mantener viva la presencia de la gente que amamos. Y el corto «Semilla del recuerdo», de Renato Roldan, me ha hecho remembrar  algo que todos sabemos: «lo que nunca se olvida vive para siempre».

Disfrútenlo:… Seguir leyendo

Esperando a Santa

Todo comenzó con un anuncio de turrón. «Mamá… ¿ya casi es Navidad?», me preguntó mi hija mientras me apartaba los pelos de la frente. Debo confesar que la interrogante no me sorprendió puesto que la peque garabateó la primera versión de su carta a Los Reyes el pasado septiembre.

Desde entonces ha hecho tres versiones diferentes de la anhelada misiva y yo, que suelo hacer las compras compulsivamente en noviembre porque estoy convencida de que en diciembre me van a estafar con los precios, me doy de topes contra la pared cada vez que ella quita y pone un juguete nuevo.

Porque claro, la peque tiene tres años por lo que su lista se reduce a un dibujo en el que haciendo alarde de su arte interpreta subjetivamente sus deseos sin que yo me entere de nada. Ahí es donde empieza mi discreto interrogatorio:

-¿Y esto qué es?

– Son … Seguir leyendo

La magia del 6 de enero

Todo salió perfecto, tal como estaba planeado. El día de Reyes es el más significativo de las fiestas navideñas. Montse lo tiene claro, porque el año pasado (con un añito cumplido) lo disfrutó en grande. Y con una experiencia tan grata guardada en su memoria selectiva era lógico que esperara el día con tanta ansiedad. En nuestra casa, como en muchísimos otros hogares, la víspera de Reyes fue una locura. La nena no podía conciliar el sueño por los nervios. Algunas horas antes intentó convencerme de que dejáramos leche en vez de agua en el cubo de los animales, porque, según su reflexión: «¿Cómo van a mojar las galletas en agua, mamá? Seguro que no les gusta».

Al final pusimos agua. Y a los Reyes leche y galletas. Dejamos la ventana medio abierta y nos fuimos a la cama… a conversar. Tardó mucho en dormirse. Estuvimos abrazadas hasta las cinco … Seguir leyendo