La Voz de Galicia
Aprendiz de madre
El blog de la crianza y la conciliación
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Érase una vez tres madres que decidieron hacer públicos sus partos en un programa de televisión y que cayeron en manos de matronas que se burlaban de ellas con sus compañeras, que acostaban a las mujeres en posiciones que complican la labor del parto y que se pasaban por el forro las recomendaciones de la OMS. Esta bien podría ser la sinopsis del primer episodio del docushow Baby boom  que LaSexta comenzó a emitir el viernes 27 de abril y que ha levantado ampollas entre las mujeres que luchan a favor del parto respetado. El documental retrata la realidad de los paritorios españoles. Matronas que se esfuerzan por hacer su trabajo siguiendo un protocolo sin muchas ganas de esforzarse para procurar un parto no violento e ignorando las recomendaciones de la OMS. Por supuesto que las defensoras del parto humanizado están poniendo a parir a las matronas en las redes sociales y en el propio facebook del programa.

Entiendo que ayudar a nacer no es tarea fácil especialmente en casos como en de una chica de 20 años que «se descontroló» en el paritorio y se puso a gritarle al personal que la atendía en medio de las contracciones, pero las matronas deberían estar preparadas para intentar inducir un parto realmente natural, orientado no a sufrir sino a saber hacer. Es natural que gran parte de los espectadores del programa considere que todo lo que se refleja es totalmente normal y seguramente el personal sanitario lo hace «lo mejor que puede», pero deberían entender que su trabajo no es dirigir sino facilitar la expulsión natural del bebé.

Según las recomendaciones de la OMS «las embarazadas no deben ser colocadas en posición de litotomía» y deben decidir libremente la posición que quiera asumir durante el parto». Pues el personal sanitario que participó en el primer episodio del programa hizo caso omiso a todo esto. Las tres mujeres parieron acostadas boca arriba y nadie les preguntó si así se sentían cómodas. Esta posición no solo entorpece el parto sino que hace que las contracciones sean aún más dolorosas. Pero eso no es todo, hay otras recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud que, por lo visto, las matronas y los ginecólogos del Gregorio Marañón pasan por alto cada minuto, de cada hora, de cada día:

–  No deben inducirse los partos por conveniencia

–  No se justifica científicamente la ruptura artificial de membranas por rutina.

–  Debe fomentarse el inicio inmediato del amamantamiento, inclusive antes de que la madre salga de la sala de partos.

Lo de la ruptura de bolsas me pareció surrealista, no solo porque no está justificada científicamente, sino porque a ninguna de las tres les preguntaron ni les pidieron su consentimiento para hacerlo. Si en el contexto mismo del programa te explican que  «del sufrimiento nace vida»  queda claro que el personal del hospital da por sentado que no hay más opciones, que el dolor tiene que ir acompañando al nacimiento y a eso le denominan parto natural.

Pues no, sí que hay otras formas de nacer, de dar la bienvenida al mundo, existe algo que muchas mujeres desconocen –y que yo desconocía cuando parí a mi hija- que se llama plan de parto. Existen también una serie de recomendaciones de un organismo internacional y totalmente acreditado cuya finalidad es precisamente evitar que las mujeres sufran.

Respecto a las matronas que participaron en el programa creo que es poco ético salir del paritorio y cachondearse de las madres a las que están asistiendo. Sucedió con la mujer que dio a luz a un niño de 4 kilos y ocurrió también con la veinteañera cuando se mofaron de que no trabajaba y de que tenía a su madre para mantenerla. Creo que la situación socio económica de los pacientes no es cosa suya y, al menos por respeto, deberían evitar hacer ese tipo de comentarios de mal gusto, sobre todo cuando saben que las están grabando. A saber lo que dicen y lo que se mofan cuando no hay testigos. Que miedo.

La voz en off del programa la pone Gemma Nierga, una profesional de la radio a la que admiro por su trabajo en la Cadena Ser, pero que durante una entrevista  hizo un desafortunado comentario: «En Baby Boom he descubierto que hay mujeres muy cobardes».

Me quedó un mal sabor de boca después de leer semejantes declaraciones. Yo creo que en ese momento en que tu bienestar y el de tu bebé depende de terceras personas que no te conocen de nada es natural sentir miedo. Yo soy unas de esas mujeres cobardes que en el paritorio lloré y lo pase fatal pensando que a Montse podía ocurrirle algo. Y fui cobarde porque no tuve el valor de exigir el parto respetado que siempre soñé. Fui  cobarde mientras veía como la oxitocina entraba en mis venas haciendo daño y provocando un dolor intolerable que te hace rogar una analgesia que no querías.   Fui cobarde porque no me sentía cómoda acostada boca arriba pero no tuve valor  de exigir que me dejaran parir en otra postura. Fui cobarde porque dejé que me hicieran la episiotomía sin que fuera necesaria. No sé si Gemma sabe de la existencia del término violencia obstreticia, ni si conoce otros hospitales que, pese a sus pocos recursos, se esfuerzan por otorgar  a la mujer un entorno apropiado y respetuoso para que traigan a sus hijos a este mundo. Uno de ellos es el Hospital do Salnés, un paritorio de gran demanda en Galicia donde las mujeres pueden tener a sus hijos en bañeras y entre velas relajantes.

Lamentablemente bajo el escudo del sufrimiento fetal se comenten muchas barbaridades. Un amigo médico en  prácticas me confesó que en ocasiones algunos especialistas amenazan a las madres con el supuesto sufrimiento del bebé para intentar que nazcan antes del fin de semana que es cuando hay menos personal. Cuando me enteré de esto me puse muy mal pensando que pudo haber sido mi caso. A mí me contaron que la niña lo estaba pasando fatal, que pesaba más de 4 kilos y que tenía que nacer de inmediato. Ante este panorama  mi cobardía y  yo aceptamos que el parto fuera provocado. Y Montse –que coincidentemente llegó un viernes- pesó al nacer 3.220 gramos.

¿Y si no hacía falta provocarme el nacimiento en la semana 38? ¿Y si la niña podía esperar hasta terminar mi embarazo para evitar un parto que se prolongó 18 horas? ¿Pude haber parido por mi misma, sin hormonas artificiales de por medio y con mucho menos dolor del que me tocó sufrir? Desde luego nunca lo sabré.

Lo que no puedo negar es que el momento en que nace el bebé resulta sumamente enternecedor incluso cuando las condiciones no han sido las mejores, como en el caso de las tres protagonistas de Baby Boom. A pesar de estar decepcionada por todo lo que vi no puede evitar emocionarme con la llegada de cada uno de los bebés. Porque ese primer contacto entre madre e hijo es fundamental, único, irrepetible e inolvidable.

Algunas frases imperdibles del programa:

«Los gritos de una mujer dando a luz sin anestesia son ya cosa del pasado»

«Y lo que vas a molar en el parque cuando digas: yo sin epidural»

«Estamos aquí secándole las lágrimas y ahora va a llorar porque viene la anestesista también»

«¿Otra vez está llorando? Esta pasa de la risa a las lágrimas en 0,0 segundos»

«Ahora ya todas –las matronas- me caen mal»

«¿Ya sale? ¿O qué?»

«¡Que me duele todo el chochete!»

«Es que él no quiere salir»

«En principio entiendo que no quieras la epidural pero es que es un niño muy grande y a pelo no se puede hacer»