La Voz de Galicia
Aprendiz de madre
El blog de la crianza y la conciliación
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Diciembre suele ser un mes para dar, recibir y recordar. Y son esos recuerdos los que hacen que una familia permanezca unida aún cuando ya no estén todos juntos. Mi hija, de 3 años, solo pasó dos navidades con su abuelo materno, pero lo recuerda casi a diario. Estos días, en medio de la fiebre navideña que padece desde el pasado mes, le dedica mucho tiempo a su abu Toto. Le ha puesto una bota para que Santa le deje un regalo, le ha dibujado una flor de Navidad y suele dejar un caramelo junto a su foto.

Esos gestos que nacen de su absoluta inocencia me hacen valorar lo importante que es mantener viva la presencia de la gente que amamos. Y el corto «Semilla del recuerdo», de Renato Roldan, me ha hecho remembrar  algo que todos sabemos: «lo que nunca se olvida vive para siempre».

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